Largas filas sin sana distancia, tapetes secos, botes de gel y desinfectantes vacíos, termómetros descargados así como una gran indiferencia a las medidas sanitarias, es lo que prevalece en la capital chiapaneca, a pesar de estar en la cuarta ola de contagios del covid-19.
De memoria corta
De acuerdo con los últimos reportes de la Secretaría de Salud (SSa), se han rebasado los 150 casos de contagios en las últimas horas.
Esto como consecuencia de la gran movilidad que se dio al finalizar el 2021, cuando la gente se aglomeró en tiendas, supermercados, boutiques, bancos, bares, antros y otros centros de esparcimiento.
Pese a todo ello, la población parece haber olvidado lo grave de la pandemia, los contagios, los decesos, la saturación de los hospitales, las penurias por conseguir ivermectina, cubrebocas o un tanque de oxígeno, cuyo costo en cierto tiempo se fue a las nubes, y sólo en caso de poder conseguir uno.
En los colectivos también se puede observar esto lamentablemente, hombres y mujeres despreocupados, que suben sin portar cubrebocas, sin conocer su estado de salud, en un espacio cerrado, donde los ocupantes de la unidad inevitablemente tienen contacto entre ellos así como con las superficies (asientos, barras, tubos, ventanas).
La evidencia
En un recorrido realizado por el centro de la capital chiapaneca y en otros lugares, se constató una situación preocupante, pues entre un centenar de establecimientos, cuatro tenía montados los insumos suficientes para tener un protocolo sanitario adecuado.
Otro asunto que no resulta menos grave es que no existe personal encargado en estos comercios, para verificar que las personas cumplan con el reglamento sanitario.
Aunque existan los insumos, nadie se encarga de verificar que estos sean aplicados de manera adecuada, para prevenir más contagios de covid-19.
“La gente no tiene conciencia”, expone una empleada de una conocida paletería localizada en el corazón de Tuxtla, que es de los pocos lugares que tiene un tapete con líquido desinfectante, gel antibacterial y termómetro automático para tomar la temperatura.
En este contexto dan a conocer que al hacerles la observación a los clientes cuando no cumplen con las medidas sanitarias, en ocasiones estos se molestan, a pesar de que se trata de una acción para proteger su salud.
Zapaterías, tiendas de electrónicos, de telefonía, de videojuegos, departamentales, restaurantes, cafeterías, farmacias, bancos, entre otros establecimientos, parecen no tomarle importancia a las medidas preventivas.
Instituciones bancarias
En un banco localizado sobre la avenida Central y 2.ª Poniente, no hay ningún filtro sanitario a pesar de que las filas (ayer martes) eran de por lo menos 50 personas que buscaban ingresar a los cajeros automáticos.
Anteriormente en este lugar se observaba indicaciones en el suelo para respetar la sana distancia, además personas del mismo banco brindaban indicaciones a la población y aplicaban gel antibacterial.
Todas esas medidas preventivas ya no se llevan a cabo, mientras que la aglomeración en esta y otras sucursales bancarias son la postal de hoy.
Con una cadena en la entrada, un guardia, un tapete desinfectante, gel antibacterial, un termómetro en mano y la entrada controlada de clientes, es como una tienda de juguetes (la única que mantiene un protocolo de esta naturaleza) localizada en la avenida Central, hace frente a la cuarta ola del covid-19.
En este espacio no se permite la entrada grupal, sólo a una persona por familia para evitar aglomeraciones dentro del lugar.
En los supermercados también se toman algunas precauciones, cuentan con gel antibacterial, pero nadie hace algo por evitar las aglomeraciones, al ingresar como al interior de los establecimientos.
Otras sucursales de cadenas internacionales mantienen aún más relajadas estas medidas, pues únicamente hay un bote de gel. Lejos quedó la medida de desinfectar las carritos, y tampoco la población hace la parte que le corresponde.
A pesar de que no se ha anunciado el registro de decesos oficialmente, el número de contagios supera los 93 hasta el día lunes, lo que es el reflejo de la falta de medidas sanitarias por parte de la población y de los comercios locales.