Trabajadores de base del Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez denunciaron una serie de abusos por parte del secretario general del Sindicato Único de Trabajadores y Empleados al Servicio del Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez (Sutesa), Carlos Valdivieso Santiago, al tiempo de señalar que se cumple el tiempo del relevo sindical pero el proceso no ha iniciado, lo que habla de sus pretensiones por imponerse de nueva cuenta en este puesto, desde donde ha violentado los derechos de los trabajadores.
Este miércoles los inconformes realizaron una protesta en la entrada principal del edificio, con el objetivo de señalar los actos de corrupción y prácticas antidemocráticas cometidas por este personaje, quien ha comenzado con la expulsión de miembros por levantar la voz ante una serie de atropellos.
De acuerdo con los manifestantes, Carlos Valdivieso ha desatado su furia cuando han mostrado interés en participar en la renovación de la dirigencia sindical que ostenta desde hace casi 16 años este líder.
José Salvador Munguía Moreno, Eduardo Lorena Barrera, Luis Antonio Orantes Zuñiga y otros empleados de base lo acusaron de pretender reelegirse, de violentar los estatutos y los derechos de los trabajadores al expulsarlos del sindicato de manera unilateral.
Orantes Zúñiga indicó que este líder se ha enriquecido ilícitamente a través de las aportaciones sindicales, cuya cantidad proveniente de unos 883 trabajadores suma alrededor de 118 mil pesos mensuales, que actualmente asciende a 22 millones 664 mil pesos, cantidad que nunca se ha transparentado su destino.
“Nunca han dado cuenta de este recurso que es producto de nuestras aportaciones, y ese es el reclamo que hemos realizado, lo que nos ha costado la expulsión de manera ilegal”, expresó.
Por si fuera poco, este líder sindical percibe un salario de 53 mil 184 pesos mensuales, mientras que los demás integrantes de la Mesa Directiva del sindicato tienen un sueldo que oscila entre los 26 mil hasta 35 mil pesos mensuales y que juntos suman más de 364 mil pesos mensuales en sueldos.
La dirigencia sindical se ha dedicado a la venta de plazas sindicales, la recategorización de familiares y amigos cercanos, así como prebendas que hasta antes de esta administración recibían sin discreción alguna.
Ante su expulsión del sindicato y el intento de impedirles participar, los manifestantes afirmaron que agotarán todas las instancias legales para que se respeten sus derechos y así poder participar en el proceso de renovación sindical.