“Aviones no tripulados, escáneres forenses y sistemas de identificación biométrica, son algunas de las tecnologías de monitoreo y vigilancia que están siendo desplegadas en contra de las personas migrantes que transitan por México”, señaló Santiago Narváez, investigador de R3D: Red en Defensa de los Derechos Digitales, durante la presentación del nuevo informe realizado en conjunto con el Laboratorio de Investigación Social Justicia en Movimiento.

“Uso de las tecnologías digitales en los contextos migratorios: necesidades, oportunidades y riesgos para el ejercicio de los derechos humanos de las personas migrantes, defensoras y periodistas”, es el título del estudio que demuestra el uso de equipos para contextos hostiles contra poblaciones migrantes.

Santiago Narváez explicó que se trata de diversos sistemas y equipos que fueron desarrollados para contextos bélicos o de persecución de delitos que actualmente están siendo usados para desarticular la coordinación entre personas migrantes, para hacer más difícil su camino al hostigar y extorsionarles, así como a periodistas y activistas que trabajan en el tema.

La documentación señala que el registro de datos personales de personas migrantes en su paso por México y la transferencia de dichos datos a autoridades estadounidenses forman parte importante de la política migratoria en México.

En una respuesta a una solicitud de acceso a la información realizada por R3D en 2022, el Instituto Nacional de Migración (INM) admitió el tratamiento y la transferencia de datos biométricos de 336 mil 154 personas migrantes detenidas e ingresadas a estaciones migratorias entre los años 2018 y 2022.

“No podemos separar la adopción en el uso de estas tecnologías de la creciente militarización y criminalización que la política migratoria ha experimentado en los últimos años y que continúa experimentando en México”, dijo Narváez.

Así también, responde en gran medida a la externalización de la política migratoria de EE. UU. a México, que se refiere a la exportación de los intereses estadounidenses en materia de política migratoria para que otros países los apliquen, señaló.

“La población migrante confía en esta información y las tecnologías han tenido un uso favorable para su trayecto migratorio; sin embargo, muchas veces no hay certeza sobre su origen y en algunos casos hay una tergiversación intencionada”, agregó Margarita Núñez, coautora del informe y directora del Programa de Asuntos Migratorios de la Universidad Iberoamericana.