Gerardo Martino fue presentado como técnico nacional el 7 de enero, para debutar hasta el 22 de marzo en duelo de carácter amistoso en contra de Chile en San Diego por 3-1. El primer gol que festejó como seleccionador lo marcó Raúl Jiménez, quien desde ese momento se volvió su «niño consentido”.
Martino se ha dicho satisfecho: “Cuanto mayores competencia (hay), mejores son las opciones de tener un grupo más amplio para elegir; es cierto que hay veces que tienes jugadores de una trayectoria que ya marca de por si su capacidad, pero también (vale la) actualidad, es muy difícil pensar en algunos futbolistas que no estén presentes, pero en cuanto tenga competencia con los de medio local o de extranjero bienvenido sea”.
“El año nos ha dado la tranquilidad de haber conseguido la Copa Oro, nos dio una posibilidad en competir en la Liga de Naciones, de ver a futbolistas más jóvenes que tiene una competencia por delante como son los olímpicos y los preolímpicos, creo que hemos completado una cantidad de futbolistas los cuales puedan competir por un lugar en la selección mayor”, dijo el “Tata” sobre su primer año al frente de la selección.
La actividad de la selección en este 2019 se puede dividir en cuatro partes. La primera es la construcción, ahí Martino comenzó a conocer al grupo de jugadores, tanto de la liga local como del extranjero. Sopesó los alcances de los jugadores y los enfrentó a rivales de peso moderado como los sudamericanos.
Vino la Copa Oro, para la cual el “Tata” eligió a un equipo joven, con algunos “europeos” en buen momento como Raúl Jiménez e Hirving Lozano, pero lo completó con jóvenes de la Liga MX. Aunque no fue brillante el objetivo se logró y se ganó el torneo.
Vino el primer golpe seco, la derrota ante Argentina por 4-0. La luna de miel se acabó y las críticas, aunque moderadas, llegaron. Además del descalabro vino la supuesta “indisciplina” protagonizada por un referente del equipo como Javier Hernández, que ha dejado entrever la manera en que Martino manejará la disciplina interna.
Para acabar el año vino la Liga de Naciones de la Concacaf, torneo que no le ha dado ningún dolor de cabeza al equipo, más allá del largo viaje a Bermudas, con quien cerró el año, un año bueno para Martino y la selección nacional mexicana.