NBA al borde de un precipicio

El paro de actividades de la NBA, provocado por la pandemia del Covid-19, es económicamente devastador para la liga. Desde que el certamen se detuvo a mediados de marzo y hasta finales de mayo, le costará 800 millones de dólares, más de una décima parte de lo que genera anualmente.

Todd Krizelman, cofundador y CEO de la firma de publicidad estadounidense Media Radar, registró los ingresos de publicidad de la NBA entre marzo y mayo del año pasado. Encontró que solo por esa vía de ingresos la liga se embolsó 800 millones de dólares de publicidad por las transmisiones de productos y servicios durante los juegos de la recta final de la temporada regular y los playoffs.

“Como resultado, se pierden muchos ingresos porque hay mucho gasto concentrado, porque se espera que los niveles de audiencia sean mucho más altos en el último trimestre de la temporada”, dijo Krizelman a la cadena estadounidense NBC.

El Universal comparó esta cifra que genera anualmente la NBA y encontró que dejaría de ganar más de una décima parte de sus ingresos, con el parón forzado por el coronavirus. Según el portal Statista, la Asociación Nacional de Basquetbol (National Basketball Asociation, por sus siglas en inglés) generó 8,760 millones de dólares en la temporada pasada.

Y la cifra podría aumentar si el parón de la liga se extiende por más meses, como ya lo anunció el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien dijo que las ligas de deportes profesionales, incluida la NBA, podrían reiniciarse entre agosto y septiembre próximos.

Por eso, no era raro que hubieran estallado los rumores de que la NBA analizara reiniciar la temporada en Hawai, Las Vegas o en las Bahamas, lugares donde el coronavirus no está tan propagado, para tratar de mitigar el desastre económico.

Los rumores de la prensa estadounidense decían que la Liga NBA, que preside el comisionado Adam Silver, aislaría a los jugadores y a los trabajadores de los medios televisivos en hoteles, en uno de esos lugares. Incluso, que los partidos se jugarían sin público para evitar posibles contagios, pero la idea ha perdido impulso luego de que Estados Unidos ya sea el país con más contagiados por la pandemia.