En 1990 surgió el Régimen de Transferencias en México, vulgarmente conocido como “draft”. El objetivo de este sistema, que no era más que juntar a todos los jugadores transferibles del Futbol mexicano para negociarlos entre los clubes en un solo día, y terminar con los intermediarios, con los “representantes”, o “promotores” que habían encarecido al futbolista y hecho entrar en una inflación galopante a la Liga.
Todo esto funcionó durante 18 años, porque para el Apertura 2019 se terminó. La Reunión Anual del Futbol Mexicano de junio en Cancún, sirvió para realizar pláticas, escuchar conferencias, cerrar negocios, como la compra de Lobos BUAP por parte de FC Juárez, mientras que en el lobby del hotel sede, los promotores, renacidos por sistema, trataban de colocar a sus representados.
Parece que les fue mal. En este previo al Apertura 2019, el primero sin Draft, apenas se dieron 60 movimientos, la menor cantidad en los últimos 10 torneos. Al final ¿quién perdió más con este cambio? ¿Los equipos? Andrés Fassi, vicepresidente de Pachuca, aseguró que esto no les afectará: “Porque nosotros tendremos tiempo para contratar a los jugadores, y ellos se irán desesperando con el paso de las semanas si no se llegan a contratar. Los clubes de una u otra manera van a completar sus equipos”.
¿Los jugadores? La Asociación de Futbolistas Profesionales agradeció la desaparición del Régimen de Transferencias, porque así “los jugadores tendrán la libertad de contratarse con quien quieran”. ¿Los promotores? Para los llamados agentes se volvió más complicado colocar a sus futbolistas, aunque eso sí, tenían más tiempo.