Tener 13 victorias en 15 partidos disputados (un empate y una derrota) permiten sonreír hasta en una tierra que suele ser hostil en todo, incluso la cancha, porque la del estadio Rommel Fernández no está en buenas condiciones.
Gerardo Martino disfruta cada segundo como entrenador de la selección mexicana. Lo demuestra en la llegada del equipo a cualquier sede. Y Panamá no es la excepción, pese a que sea la última escala de su primer año como entrenador nacional.
Menos de 10 aficionados los reciben en su hotel de concentración en la cosmopolita Panamá. Esta vez no hay desaires. Parecen esmerarse en saludar para evitar críticas. Raúl Jiménez y Guillermo Ochoa son los más honestos y se detienen a posar para la “selfie” y obsequiar rúbricas, no con un simple ademán. Son los más vitoreados, al igual que Edson Álvarez y Rodolfo Pizarro, quienes completan el póquer de elementos mexicanos populares en el sur de Centroamérica.
Esta es la última visita del Tricolor en 2019 para un duelo que luce de trámite, más allá de que los canaleros tendrían cierta oportunidad en la Nations League de la Concacaf si ganan este viernes por la noche. Pero ni eso borra la sonrisa del “Tata”, quien disfruta su presente tricolor.
Canaleros piensan en el Mundial
Tres puntos detrás de México y con sólo un partido por disputar, la selección panameña se sabe virtualmente eliminada de la Nations League, pero eso no resta importancia al duelo de mañana, ya que no tiene que ver con el nuevo torneo, sino con Qatar 2022. El cambio de formato en la eliminatoria hace que ante el Tricolor, los canaleros se jueguen muchas de sus opciones a la Copa del Mundo.
Los seis combinados mejor ubicados en el ranking de la FIFA irán a la ronda que entregará tres boletos al Medio Oriente. El resto luchará por un cupo para el repechaje frente al cuarto del Hexagonal, camino que es una genuina odisea.
Actualmente, los canaleros son novenos en el área. El tiempo apremia y una victoria sobre México les ayudaría mucho.