Vatos Locos se coronó en Torneo de Copa

En una emocionante final dominical, llena de goles, buen futbol y dramatismo, el Deportivo Vatos Locos vino de atrás para imponerse 6 goles a 4 a su similar del Sao Paulo, para coronarse así campeón absoluto del Torneo de Copa de la Liga Bonampak de Futbol Rápido.

La cancha de Futbol Rápido del Parque del Oriente “Pañuelo Rojo” de Tuxtla Gutiérrez fue el escenario del espectacular encuentro disputado bajo un intenso sol y calor, lo cual no fue excusa para que ambas escuadras se brindaran al máximo y dieran una gran final, que por cierto, pone puntos suspensivos a los campeonatos de la Liga Bonampak que entrarán en receso hasta el próximo 18 de abril, cuando se tiene previsto reanudar con el torneo de liga.

Ventaja brasileña

Sao Paulo se puso en ventaja 1-0 con la anotación de Diego Hernández Vázquez, quien tomó el balón desde mediocampo, recortó rivales y batió la meta enemiga.

Sin embargo, Vatos Locos respondió de inmediato, logrando el empate 1-1 con la primera anotación de una tarde inolvidable para Carlos Mendoza.

Los “brasileños” recobrarían la ventaja a través de Martín de Paz, quien en una buena acción colectiva llegó para cerrar la pinza y anotar el 2-1.

Pero esto sólo provocaría la bravía reacción de Vatos Locos, cuya respuesta inmediata vino una vez más en los botines de Carlos Mendoza para el 2-2.

Entonces vino el “jogo bonito” del Sao Paulo, que empezó a manejar mejor el balón, los tiempos del partido y a encontrar los espacios, yéndose de nuevo frente, ahora con el 3 a 2, con su goleador Diego Hernández, quien superó al arquero rival con un potente tiro por abajo.

Vatos Locos no pudo responder como antes y Sao Paulo aprovechó para ampliar la ventaja a 4-2 con la tercera anotación de la tarde para Diego Hernández, quien esta vez definió con gran clase, en un potente y esquinado disparo de pierna izquierda, que dejó sin posibilidades de reacción al arquero.

Tras el trepidante primer cuarto del partido, Vatos Locos se vio obligado a remar contracorriente, ante un Deportivo Sao Paulo que buscó acomodarse bien atrás y tratar de ampliar la ventaja en algún contragolpe.

No obstante, una pifia de su arquero revivió las aspiraciones de los Vatos Locos, en una acción en la que el meta no atinó a despegar un balón regresado por uno de sus defensas por aire, dejando el bote vivo en el área que presto aprovechó el goleador Carlos Mendoza, para de cabeza enviar la pelota al fondo y decretar el 3-4, con el cual terminó la primera mitad de la vibrante final.

Drama y título

Tras cumplir con un medio tiempo de gran importancia, no sólo para afinar su estrategia sino para rehidratarse ante el fuerte calor, ambas escuadras regresaron al terreno de juego, a sabiendas que en dos periodos más se jugaban todas sus cartas para quedarse con la copa.

Sao Paulo salió más revolucionado, intentando ampliar su ventaja para encaminarse al título y muy cerca estuvo de conseguir la ansiada anotación pero Diego Toledo se perdió la oportunidad frente al arco de Vatos Locos, que a la jugada siguiente cerca estuvieron de emparejar los cartones, en una acción en la que Omar Jiménez estrelló su disparo a la pared, cuando tenía el marco abierto.  

Y cuando parecía que ambos equipos habían dejado la contundencia en sus respectivas bancas vino una acción decisiva, en la que Sao Paulo cometió una falta en los linderos del área, dándole a su rival un tiro de castigo franco y a pocos metros de su portería.

Carlos Mendoza no desaprovechó el tiro libre, y con un potente cañonazo de zurda por abajo mandó el balón al fondo de las redes para festejar el 4-4.

El golpe anímico fue notorio en las filas del Sao Paulo, que vio esfumarse la ventaja de dos anotaciones con las que habían iniciado el encuentro, mientras que su rival recibió un importante envión, yendo al frente con mayor ferocidad en sus siguientes embestidas.

En esas condiciones vino la quinta anotación para los Vatos Locos, en una buena combinación en la que José Sarmiento Peña aprovechó una pared con Omar Jiménez, colocándose frente al arco rival y definiendo con disparo cruzado para el 5-4, que por primera vez les daba la ventaja en el encuentro.

Con el gol vino el silbatazo para indicar la última pausa de dos minutos para rehidratarse.

Y apenas arrancando el último cuarto del encuentro, parecía que la suerte estaba echada a favor de Vatos Locos, puesto que el Deportivo Sao Paulo cometió su sexta falta, concediendo así un shoot out a su rival.

No obstante, Bryan Moreno no lograría convertir el tiro de castigo a pesar de plantarse solo ante el portero, enviando su disparo demasiado arriba y permitiendo que la escuadra “brasileña” mantuviera vivas sus esperanzas de empatar el juego.

Ambos equipos cayeron en desesperación, dejando de lado el buen futbol que habían mostrado y tratando de imponerse con garra y metiendo fuerte la pierna en cada jugada.

Aunque las entradas fuertes no llegaron a mayores pese a los constantes reclamos en cancha, los jugadores mostraron en más de una oportunidad los tachones, jugando al filo del reglamento, en un duelo que se tornó aún más dramático con los constantes gritos que venían desde la tribuna por parte de las porras de ambas escuadras.

Sao Paulo se resistía a morir y en los instantes finales del encuentro su arquero se convirtió en la gran figura atajando todos los cañonazos contra su meta, para aumentar el dramatismo del juego.

En uno de los constantes ataques, el cuadro “locuaz” descuidó su mediocampo y muy cerca estuvo Sao Paulo de convertir el gol del empate, en una acción en la que Diego Toledo disparó desde el costado izquierdo pero el arquero salió a tiempo para achicarle el ángulo y evitar que el balón entrara a su arco.

Ya en plena recta final del encuentro aumentó la presión para ambos equipos que llegó al límite y con los gritos incesantes desde las tribunas también vino una mayor desesperación en la cancha.

En una acción determinante, el goleador de Sao Paulo, Diego Hernández, cometió una fuerte entrada sobre Joshua Rodas, lo que el árbitro no dudó en sancionar con tarjeta amarilla y el correspondiente castigo de irse a la banca, dejando a su equipo sin un jugador por dos minutos como marca el reglamento.

Jugando con uno de ventaja, Vatos Locos encontró el factor definitivo que buscaba para poner tierra de por medio y en una acción colectiva, con la defensa rival descolocada y en inferioridad, dejaron de frente al arco a su goleador Carlos Mendoza Gómez, quien con potente zurdazo puso el 6-4 definitivo.