Abren “farmacia” contra el encierro

Los libros curan. Aflojan la rigidez, combaten el insomnio, vencen el miedo. Son la “medicina” que alivia la angustia por el confinamiento en estos tiempos de pandemia.

Esa es la propuesta que atrae a miles de personas hacia La Pequeña Farmacia Literaria (https://www.piccolafarmacialetteraria.it), librería de Florencia, Italia, que hoy se erige, en su página de internet y en redes sociales, en espacio que agradecen quienes piden se les “receten” autores e historias que sean antídotos contra la tristeza o la soledad, entre otros males de la cuarentena por el covid-9.

Por ejemplo, para enfrentar los cambios, se prescribe a Rainer Maria Rilke, “armado con la suavidad de lo inflexible, un gran poeta enseña a mirar el mundo como si fuera el primer día de la creación, y enfrentar las dificultades como oportunidades para descubrirse. Las cartas de Rilke son tesoros de sabiduría ambiciosa, rebosantes de audacia diaria, y contienen los más altos reflejos madurados por un hombre que sabía exigir la medida de perfección de la vida”.

Para ese “padecimiento”, La Pequeña Farmacia Literaria también receta “inyecciones de confort contra los inconvenientes de la vida”, cuyas dosis son las letras de Antonio Tabucchi con su libro Pequeños equívocos sin importancia (1985).

Recetan obra de Luiselli

La librería es un proyecto que inició Elena Molini, después de años de laborar en una cadena comercial de libros. Ahí comprendió que “son precisamente los estados de ánimo los que mueven las elecciones del lector y por ello es necesario reinterpretar el concepto clásico de biblioteca para dar más valor a las relaciones humanas y escuchar a quienes están frente a nosotros, preguntando: ‘¿cómo estás hoy?’, y dejando al otro todo el tiempo que necesita para responder, percibir lo no dicho, caminar de puntillas en la vida de los demás recomendando libros que tonifican, que son bálsamo para heridas, mensajes que mueven montañas”, se explica en la página de internet de La Pequeña Farmacia Literaria.

En colaboración, un par de sicólogas, su hermana Ester y Deborah Sergiampietri, en 2018 abrieron un local en Florencia. Colocaron libros en los anaqueles divididos por “padecimientos” que los títulos pueden aliviar: abandono, amor no correspondido, ansia, baja autoestima, caos de la vida moderna, cinismo, crisis de la mediana edad, dependencia afectiva, divorcio, insomnio, luto, matrimonio imperfecto, narcisismo, nostalgia, encontrarse a sí mismo, soledad, tristeza.

Cada ejemplar tiene una etiqueta que explica su beneficio “terapéutico” y, por supuesto, hay libros para estados de ánimo más placenteros, como el amor y la amistad. Se receta a la mexicana Valeria Luiselli con su ensayo Los niños perdidos (2016) para leerla como si fuera una “pastilla de ilusión entre pasado y presente” con el fin de afrontar el caos de la vida moderna; para la nostalgia están las “cápsulas de cariño” de Tokio Blues, de Murakami, y como “gotas de coincidencias para vidas nunca vividas” se ofrece a Paul Auster con 4321.

Hasta hace unas semanas, aún enviaba libros por mensajería, pero por las restricciones sanitarias en Europa el servicio fue cancelado. Sin embargo en su cuenta de Instagram, que suma más de 33 mil seguidores, continúan las recomendaciones.

Incluso una farmacia convencional (@farmacianevola) se ha inspirado en la idea de que la cultura y el arte son medicinales y en redes sociales “receta” música contra el dolor, la soledad, el miedo o la tristeza, al compartir listas de canciones de la plataforma Spotify.