Tras la cuarentena, los espacios de entretenimiento como los zoológicos y los acuarios también sufrieron de manera inmensurable por estar cerrados, y el Acuario Inbursa no fue la excepción y de acuerdo con su director, Juan Rafael Sánchez, los biólogos, veterinarios y especialistas hicieron una labor titánica para mantener vivas a todas las especies.
“Uno de los grandes retos fue el mantenimiento, porque el acuario sigue vivo, cerrado o abierto es un lugar que sigue vivo y que prácticamente nunca para el servicio, porque nuestras bombas están activas, el agua circula, la energía eléctrica está encendida, los biólogos tienen que estar trabajando y se le tiene que dar mantenimiento a estas bombas que trabajan las 24 horas, es un lugar diferente”, explica.
“Imagínate lo complicado que era, porque además muchas especies comen igual mariscos, pescados, camarones, toda la dieta que requieren es complicada y los tienes que alimentar todos los días, entonces cada día que pasaba cerrado era más complicado para la empresa, soportar todos estos gastos, se entiende todo el tema de la salud, seguridad, pero del otro lado teníamos un conflicto por mantener vivas las especies y las fuentes de trabajo”, comentó.
Por el momento, acatando las indicaciones del gobierno, el acuario opera de 10:00 horas a las 18:00 horas, con una capacidad máxima de 30 %, lamentablemente aún los fines de semana llegan a tener mil 500 personas durante todo el día muy por debajo de la capacidad autorizada. “No hemos logrado llegar a ese 30 %, sabemos que la gente se está cuidando y aún la economía no está bien y eso ha causado que las afluencias estén un poco bajas, antes de la pandemia el domingo recibíamos alrededor de 5 mil personas”, añadió.
El acuario cuenta con más de 350 especies y 14 mil ejemplares entre los que se encuentran tiburones, pingüinos, rayas, medusas, ajolotes y diversos reptiles. Por esa razón, y manteniendo estrictas medidas sanitarias para mantener la salud de todos, los anfitriones invitan a las personas a que lo visiten y así ayudar a los animalitos que también extrañaron a las personas durante varios meses y que enfrentaron una situación tan difícil.