La Bodega Nacional de Arte forma parte del eje cultural del Proyecto Chapultepec Naturaleza y Cultura y se ubicará dentro de la cuarta sección del Bosque de Chapultepec, en lo que alguna vez fue la fábrica de cartuchos, un área de 46 mil metros cuadrados. Este nuevo espacio estará bajo la responsabilidad del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) y su diseño corre a cargo del arquitecto Mauricio Rocha. El proyecto cuenta con una inversión de 500 millones de pesos.

En abril pasado, la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, indicó que en agosto iniciaría la construcción y que en 2023 se realizará el traslado, con la obra ya “concluida”. Pero el progreso parece lento, hasta hace dos semanas que hizo un recorrido en la zona, cadenas oxidadas en las rejas de la exfábrica de cartuchos, basura y agua estancada daban la idea de que no ha habido tanto movimiento, a diferencia de la obra para la nueva sede de la Cineteca Nacional.

Pero el proyecto urge, según autoridades culturales y expertos del área, pues surge de la crisis de espacio en las bodegas de los museos públicos desde hace años. “Debido al descuido histórico nacional, el que haya una bodega es imprescindible”, afirma el curador Cuauhtémoc Medina.

En malas condiciones, en espacios improvisados por tratarse de edificios antiguos que no fueron pensados como museos, sin climatización y sin espacio suficiente para piezas de gran formato es como la conservadora de patrimonio Norma García y la restauradora Ayahuitl Estrada, describen el estado de las bodegas de museos públicos.

Conscientes de que muchos de estos espacios “no tienen las características idóneas, aunque sí las necesarias”, el Inbal ya realizó un diagnóstico sobre las bodegas de los 18 museos que integran su red, explica Mariana Munguía, coordinadora Nacional de Artes Visuales del Inbal. A partir de este diagnóstico se están mejorando las condiciones de las bodegas de arte ya existentes, como la de la Sala de Arte Público Siqueiros y el Museo de Arte Moderno, que recién fueron renovadas.

Los museos con más urgencia de espacio son el Tamayo de Arte Contemporáneo y el Museo de Arte Carrillo Gil. “Finalmente debemos tener bien ambas cosas, tanto las bodegas in situ, como las nuevas que nos van a permitir una gestión mucho más adecuada y fluida”, declara Munguía.