Coleccionista español compra el Zapata gay
El creador chiapaneco junto a su obra. Cortesía

La pintura La Revolución, de Fabián Cháirez (Chiapas, México, 1987), que forma parte de la exposición “Emiliano. Zapata después de Zapata”, que se encuentra en el Museo del Palacio de Bellas Artes y que provocó controversia por mostrar al líder revolucionario desnudo, con tacones, sombrero rosa y montado en un caballo con una erección, fue comprado por el empresario español Tatxo Benet.

El artista chiapaneco comenta que en España, Italia y Estados Unidos mostraron interés por adquirir su obra; sin embargo, terminó por venderla a Benet, directivo del grupo Mediapro, quien tiene una colección de arte conformada por unas 70 piezas que han sido censuradas.

El motivo principal por el que Fabián Cháirez vendió su obra a Benet, dice en entrevista, fue porque se trata de una colección pública, además le complace estar junto a otros artistas como Robert Mapplethorpe y Ai Weiwei.

“Las otras colecciones que buscaron comprar la obra eran privadas y ésta me convenció porque va con la línea de La Revolución. Con esta compra se ayudará a la memoria de la sociedad y contribuirá a recordar las manifestaciones y agresiones contra la comunidad LGBTI, abogará por la libertad y dará espacio a las obras que han sido censuradas”, señaló.

Las negociaciones para la compra de La Revolución, comenzaron desde hace varias semanas, pero fue hasta la semana pasada que se concretó el proceso de compraventa.

Cháirez relata que desde el inicio le interesó que no estuviera en una colección privada sino en una pública y, en este caso, además formará parte del Museo de la Libertad, proyecto en el que trabaja Benet.

Con respecto al precio, el artista prefiere omitir la cifra por cuestiones de seguridad. “México es un país peligroso, más cuando se trata de dinero, este tema podría causarme alguna agresión, si estuviera en otro país no tendría inconveniente”, señaló.

La obra, dice, será trasladada en verano a España.

La controversia

El 6 de diciembre, la Secretaría de Cultura lanzó a través de sus redes sociales la publicidad para “Emiliano. Zapata después de Zapata”. La imagen oficial era La Revolución (2014), óleo de 30 x 20 centímetros que fue exhibida por primera vez en la Galería José María Velasco en 2015.

La imagen generó comentarios homofóbicos; incluso integrantes de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas se manifestaron en contra el 10 de diciembre. Las agresiones no solo quedaron en lo verbal sino que integrantes de la organización campesina golpearon a miembros de la comunidad LGBTI.

“En este país hay una aceptación de los temas LGBTI y de las diversidades muy a medias, solo aceptan vernos en ciertas fechas y ciertos lugares, pero cuando estamos en lugares más plurales, como Bellas Artes o medios de comunicación, les molesta. Las manifestaciones y agresiones hablan de la doble moral que hay en México. Al final, la pieza está siendo considerada por lo que es y por lo que cuestiona. Como artista es un logro que la pieza haya generado interés, esto confirma el poder del arte”, destacó.

Cháirez ha realizado diferentes obras, una de ellas es Desnudo enmascarado, en la que presenta a un hombre con lo que parece una máscara de El Santo; y otra, Retrato sin título, con características del luchador Blue Demon. Tras la polémica, El Hijo del Santo indicó en un tuit que El Santo es marca registrada.

“Lo del Santo hasta ahora no ha trascendido. Hay miles de representaciones de El Santo que no tienen la concesión de los derechos y es curioso que esta pintura en particular haya generado incomodidad. Por otro lado, Blue Demon me concedió los derechos para usar su imagen en cuadros que ya había realizado. Eso habla de que no todo está perdido, que hay otras formas de diálogo y que sí se puede llegar a acuerdos”, comentó.

La exposición “Emiliano. Zapata después de Zapata” concluirá el 15 de febrero. A casi un mes de que termine la exhibición, el artista Fabián Cháirez dice que su primera vez en el Palacio de Bellas Artes le deja un sabor agridulce. “Se mostró la cara del machismo que en México parecía estar controlada, pero también me llena de felicidad que dentro de la comunidad LGBT estamos unidos, somos fuertes, valientes, nos apoyamos y somos propositivos. Por ese lado fue algo enriquecedor”, expresó.