Si bien las afecciones cutáneas suelen ser leves y, en general, se curan con medicación tópica, lo ideal es evitar su desarrollo. En algunos casos, se pueden tornar peligrosas y dolorosas
Tipos de infecciones de la piel en los niños
Existen diferentes infecciones cutáneas que se categorizan respecto a su agente causal. Por lo tanto, las medidas para evitarlas y para tratarlas pueden diferir un poco. Estas son algunas de las afecciones que se pueden producir:
Virales: Son ocasionadas por virus y pueden ir desde leves a peligrosas y graves.
Bacteriana: Son las más comunes y algunas pueden ser tratadas con antibióticos, mientras que otras requieren mayores cuidados.
Parásitos: En algunas ocasiones pueden extenderse a la circulación sanguínea y a los órganos desde la superficie cutánea.
Hongos: Las infecciones fúngicas suelen iniciar en las regiones húmedas del cuerpo y se contagian por el contacto físico.
Productos para limpiar y desinfectar heridas
La limpieza de las heridas cutáneas se basa en la eliminación del tejido necrótico que presente o de cualquier otro tipo de material. Incluso, los productos antisépticos son útiles cuando se los usa de manera correcta y durante el tiempo suficiente.
El agua oxigenada elimina de manera eficaz los gérmenes gracias al accionar del oxígeno. A su vez, el alcohol, destruye la capa protectora de algunas bacterias y las debilita. A su vez, el uso de antibióticos tópicos indicados por un profesional es una buena opción para facilitar y acelerar la resolución de heridas.
¿Cómo prevenir infecciones de heridas en la piel de los niños?
En la piel existen bacterias que son flora normal, pero que si la penetran pueden ser nocivas. Por ende, el mayor causante de las infecciones cutáneas es el estafilococo. Una herida infectada puede incluir estas reacciones:
Hinchazón
Calor local
Eritema
Secreción sucia o maloliente
Las heridas se suelen infectar por una mala limpieza o una curación defectuosa. Entonces, los pilares para prevenir las infecciones en la piel de los niños son una correcta limpieza, evitar el contacto con la suciedad y eliminar los cuerpos extraños en ella. No obstante, si la infección ya está presente, es importante desinfectar y limpiar de manera correcta la superficie para evitar que se propague.