Diego Saldaña juega con las repeticiones
Diego Saldaña, autor de Tiene la noche un árbol. Cortesía

Al escribir su novela Tiene la noche un árbol, Diego Cristian Saldaña tuvo varios aprendizajes, los cuales compartió por medio de una entrevista vía telefónica con Cuarto Poder.

El autor destaca que uno de los primeros descubrimientos que tuvo durante su proceso creativo tiene que ver con los sueños y cómo estos pueden ser una premonición de lo que sucederá en la realidad. “Desde antes de escribir mi historia, sabía que la novela tiene efectos espejo. En mi caso, los personajes, tanto de la primera historia como de la segunda, comparten nombres y destinos, lo que me permite que todo el tiempo esté jugando con las repeticiones, las frases o las situaciones”, abunda.

Estos juegos, señala, no los hizo de manera premeditada sino que fueron dándose de forma intuitiva, inspirándose en su faceta de músico tanto como en la de escritor. “También supe que tenía una relación temática con los sueños. Nosotros hacemos un sentido de la realidad a partir de las repeticiones interpretadas como constantes y que al reproducirlas podrían resultar un tanto opresivas, porque siempre retomamos los mismos patrones y esto puede parecer como una especie de cárcel. Entonces, escribir fue como hacer uso de mi propia existencia y de mis repeticiones”, expuso.

Tiene la noche un árbol, que fue presenta en San Cristóbal de Las Casas, se divide en dos historias, pero estructuralmente hay una forma que las vincula. “La novela tiene 20 capítulos: diez en la primera y diez en la segunda. En la primera están nombrados con números nones y en la segunda con puros números pares. La idea es que el público pueda hacer la lectura de dos historias a la vez, o bien hacerlo de forma intercalada, porque hay misterios que terminan de resolverse en ese espejo de la contraparte”, indicó.

Por otro lado, puntualiza que el nombre de su obra se inspira en un libro de cuentos de Guadalupe Dueñas, quien a su vez lo retoma de un verso escrito por José Gorostiza.