El martirio de San Andrés llega al Munal
El Munal se ubica en Tacuba 8, Centro, en la Ciudad de México. Cortesía

Una sala completa del Museo Nacional de Arte para una sola obra: El martirio de San Andrés, de Peter Paul Rubens. Es un lienzo de casi cuatro metros de altura del pintor flamenco, una obra singular en muchos sentidos: fue una de las últimas que el pintó, la hizo en un momento cumbre de su creación y en ella casi no intervinieron los discípulos —como era frecuente en la época—.

El historiador de arte Héctor Palhares Meza, coordinador de Curaduría del Museo Nacional de Arte, aseguró que 90 % del lienzo es obra del artista y que sus detalles hablan de un momento de clímax en la creación de Rubens.

La propuesta de esta exposición de una obra es que dialogue con piezas nacionales (tal es el fin del Museo Nacional de Arte), que la pintura de Rubens instalada en una de las primeras salas del Museo lleve a los espectadores hasta las salas del segundo piso donde están obras de creadores novohispanos que se vieron influidos por el flamenco: José Juárez, Miguel Cabrera, Cristóbal de Villalpando y Baltasar de Echave y Rioja.

El curador resaltó en la obra de Peter Paul Rubens una serie de cualidades que la hacen especial: el profundo dramatismo que el pintor barroco daba a los rostros de los personajes —en este caso al santo, a la esposa del procónsul y la plañidera—; el uso de la luz para enfatizar momentos de la narración del cuadro; la verticalidad que estructura la composición; lo abigarradado de la pieza (ahí Héctor Palhares Meza evocó esa característica barroca del “horror al vacío”).

Es una obra, enfatizó el curador, que impactó la plástica virreinal. “Su mayor intérprete novohispano fue Villalpando. Su influencia se advierte en la tela, en el naturalismo que imprime a la obra, en el manejo del claroscuro. Villalpando es tan recargado como Rubens. Rubens fue el gran maestro del recargamiento, de la teatralidad”, señaló.

En la sala donde está la pintura de Rubens se presenta una copia de un dibujo preparatorio de la obra que posee el Museo Británico de Londres, institución que autorizó su exhibición en el Munal. La obra, que es propiedad de la Fundación Carlos de Amberes, llega al Munal con apoyo del Patronato, explicó el curador. Su traslado y los seguros representó un costo de un millón 500 mil pesos.

El martirio de san Andrés (circa 1638-1639), fue un encargo de Jan van Vucht, para el altar mayor de la iglesia del antiguo Hospital de San Andrés de los Flamencos, de donde está la Fundación Carlos de Amberes.