Por una puerta lateral, en vista de que la entrada principal estaba ocupada por la UNTA (Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas), miles de personas hicieron fila para ver la exposición “Emiliano. Zapata después de Zapata”, que hasta el domingo se exhibió en el Museo del Palacio de Bellas Artes. El sábado, 127 mil 388 personas habían recorrido esa muestra; 91.7 % del público que visitó el museo, entró a ver la exposición.

Fue una muestra marcada por la polémica que se generó con una obra de Fabián Cháirez, pero fue también una muestra con más de 140 obras, en diversos soportes, con una investigación del curador Luis Vargas Santiago.

A unas horas del cierre, las salas eran recorridas por estudiantes para hacer sus tareas, familias y escuelas que vinieron desde Morelos y turistas; casi todos se detenían para ver la cuestionada pintura, que estuvo vigilada por cuatro personas.

Algunos debatían acerca de si la pintura de Cháirez era o no Zapata, y afuera integrantes de la UNTA —tomaron la explanada para exhibir y ofrecer productos desde el sábado—, insistían en que no tienen “nada contra la gente que tiene diversidad sexual”, que respetaban la comunidad lésbica-gay, pero que no iban a permitir que se “denigrara” al general.