Hallan piratas su mejor botín en la empatía

En un mundo en constante conflicto, en donde los pequeños escuchan indirectamente sobre guerras y crisis del medio ambiente, ¿qué tan importante es crearles historias de buenos contra malos?

Esta es una de las preguntas que se hizo el director Chris Williams, quien con sus películas ha buscado hablarle a las audiencias más pequeñas de temas que son importantes en la sociedad adulta, con la idea de darles herramientas para enfrentar un mundo mejor.

Williams decidió apostar por las maravillas de la naturaleza para crear escenarios fantásticos en películas como Moana: un mar de aventuras, Zootopia y Raya y el último dragón, películas producidas por Walt Disney de las que fue codirector.

Con algunas de ellas logró nominaciones Oscar, así que para su primer trabajo individual, Monstruo del mar —que realizó para la competencia en streaming que representa Netflix—, decidió ser más directo y no buscar enemigos externos, sino mostrar que en nuestro interior está el erradicar la violencia animal, crear empatía hacia lo diferente y resolver conflictos.

“Algunos de los temas de la película se volvieron más relevantes a medida que la hacíamos. Una de las ideas centrales es hacernos conscientes de un ciclo de agresión y violencia que vivimos, así como algunas de sus causas más profundas, y se hace la pregunta de ¿cómo romper con ese ciclo y avanzar?”, dice Williams.

La cinta Monstruo del mar, protagonizada por Karl Urban como Jacob Holland y Zaris-Angel Hator como Maisie Brumble, sigue al barco llamado Inevitable, con el que un legendario cazador de monstruos marinos y su tripulación buscan acabar con las supuestas amenazas de su pueblo, hasta que la pequeña Maisie se cuela en una expedición y se hace amiga del monstruo más temido.

Con la guerra de Rusia y Ucrania al acecho, el director encontró la oportunidad para que en su historia se pueda reflexionar sobre temas tan importantes como la tolerancia y la paz en el mundo. “Fue desgarrador que mientras realizábamos el filme sucediera esto (la guerra), como artista siempre esperas poder marcar una pequeña diferencia en el mundo y espero que esto sea algo que pueda tener un impacto de empatía en la audiencia”, dice el realizador.

Los héroes en esta ocasión no vuelan ni conviven en “multiversos”, ni tienen enemigos que amenacen el planeta, sino que navegan en aguas y buscan proteger a su pueblo de presuntas criaturas monstruosas. Cada pirata en la tripulación es diferente, pues el director también buscó dar un mensaje de diversidad a través de los personajes.

Desde el capitán Crow, quien decide retirarse y dejar su legado a un joven que adoptó, hasta la navegante leyenda Sarah Sharpe, quien representa la valentía femenina, y Maisie, la pequeña niña huérfana que se refugia en los libros de piratas. “Es una historia sobre cómo las personas también cometen errores”, señala la protagonista Zairs-Angel.

“Me volví realmente adicta a los piratas durante la filmación. Recuerdo que en la escuela primaria leí sobre los piratas, pero no aprendí tanto como lo hice durante el rodaje, ahora vi cosas increíbles, en especial en la unión que tienen”, resalta.

La cinta, que acaba de estrenarse en Netflix como una de las apuestas infantiles de verano, busca mostrar que detrás del miedo a lo desconocido se oculta una gran ignorancia hacia lo que es diferente, considera el director ganador del Óscar.

“Durante mi carrera hubo siempre esa voz algo molesta, ‘sería genial hacer una película que se sienta como un clásico de aventuras’ y, finalmente, no pude negarlo más y tuve que sumergirme e intentar hacer algo así. Estamos contentos con el resultado”, añade Williams.