J.K. Rowling se ha metido en una nueva polémica, tras haber sido señalada de transfóbica. La autora de Harry Potter ha sugerido que los reemplazos hormonales prescritos para las personas transgénero son un “nuevo tipo de terapia de conversión para jóvenes homosexuales”.

Rowling ha sido criticada en las últimas semanas por publicar comentarios en Twitter que se han considerado transfóbicos, y ahora ha afirmado que algunos jóvenes a quienes los médicos recetan “hormonas y cirugía” pueden no ser transgénero.

Ella escribió en la plataforma de microblogging que ha ignorado tuits “falsos” atribuidos a ella, amenazas de muerte y amenazas de violación, pero decidió no seguir callando.

“Cuando mientes sobre lo que creo sobre los medicamentos para la salud mental y cuando tergiversas las opiniones de una mujer trans por la que no siento nada más que admiración y solidaridad, cruzas la línea. He escrito y hablado sobre mis propios desafíos de salud mental, que incluyen TOC, depresión y ansiedad. Lo hice recientemente en mi ensayo ‘Teff Wars’. Tomé antidepresivos en el pasado y me ayudaron”, aclara.

La autora continuó afirmando que lo que realmente quiso decir es que las personas que se someten erróneamente a un reemplazo hormonal o una cirugía completa pueden enfrentar “riesgos para la salud a largo plazo”.

Agregó que “muchos profesionales de la salud están preocupados de que los jóvenes que luchan con su salud mental están siendo desviados hacia las hormonas y la cirugía cuando esto puede no ser lo mejor para ellos. Muchos, incluyéndome a mí misma, creemos que estamos viendo un nuevo tipo de terapia de conversión para jóvenes homosexuales, que se encuentran en un camino de medicalización de por vida que puede resultar en la pérdida de su fertilidad y/o función sexual completa”.

La autora detalló: “Como he dicho muchas veces, la transición puede ser la respuesta para algunos. Para otros, no será (…) Los riesgos a largo plazo para la salud, de las hormonas del sexo cruzado ahora se han rastreado durante un período prolongado: los activistas trans a menudo minimizan o niegan estos efectos secundarios. Nada de eso puede molestarte o perturbar tu creencia en tu propia justicia. Pero si es así, no puedo fingir que me importa mucho tu mala opinión sobre mí”.

J.K., de 54 años, originalmente generó controversia con sus comentarios cuando uso Twitter el mes pasado para criticar un artículo por usar la frase “personas que menstrúan”, pues considera que la palabra “correcta” es “mujeres”.