Lamentan el cierre de la “vieja” Gandhi

La emblemática e icónica librería Gandhi de Miguel Ángel de Quevedo 134, en Chimalistac, que fundó en 1971 Mauricio Achar, cerrará sus puertas y con ello concluirá la historia de la primera librería que dejó a sus clientes entrar, tocar y leer, e incluso acompañar su lectura con un café. Ese espacio que marcó la vida intelectual de miles de lectores y escritores vive sus últimos días y ha puesto su acervo a remate.

Desde hace varios años esta sucursal, que era el símbolo de una cadena de librerías que ya llega a 44 tiendas (21 en la Ciudad de México y 23 en el interior del país, además de espacios en Palacio de Hierro y Walmart), era conocida como Gandhi Oportunidades y estaba dedicada a la venta de libros, discos y películas de saldos.

La Gandhi Oportunidades vive sus “últimos días”, dice la página de la empresa, ya está desocupado al menos un cuarto del local que medía unos 150 metros cuadrados y estaba ubicado en el número 128, junto a una escuela de karate, una dulcería y una zapatería, pero poco a poco se extendió.

Reabrió sus puertas luego de tres meses de cierre por la pandemia de covid-19, pero ya sin la cafetería y con su destino sellado. Dos fuentes al interior de la empresa aseguraron que cierra por varias razones, pero principalmente por cuestiones económicas. El local se convertirá en oficinas del corporativo, que dejará de rentar el edificio que tenía en avenida Patriotismo.

Alberto Achar, al frente de las librerías y sobrino de don Mauricio, quien en los 70 revolucionó la industria librera al abrir los acervos a los clientes y poner una cafetería, no pudo tomar la llamada aunque se le buscó desde el lunes; pero en la cuenta de Twitter, y ante la pregunta de un usuario que etiquetó la nota de este diario en su versión web, la empresa respondió: “Sí, Gandhi Oportunidades cerrará debido a que comenzaremos con una renovación del espacio donde se encuentra la librería, pero no te preocupes, Librerías Gandhi continuará contribuyendo a la difusión de la cultura y el entretenimiento”.

Con el cierre de este espacio se cierra un capítulo en la historia de este espacio que ideó Mauricio Achar, el librero que quería un lugar en donde la gente pudiera tocar los libros, leerlos y convivir con los intelectuales. Cuenta la historia que Mauricio Achar viajaba a todas las ferias del libro para obtener ejemplares únicos a bajos precios y venderlos en ese espacio que poco a poco se convirtió en un lugar único al que acudían Ernesto de la Peña, Germán Dehesa, Jaime Sabines, Gabriel García Márquez y muchos otros escritores.

Una gran pérdida

Al enterarse, Juan Villoro dijo: “Es una noticia muy triste. La ‘vieja’ Gandhi fue un espacio esencial para mi generación. Estaba en la preparatoria cuando se inauguró. Los libreros eran estupendos lectores que te recomendaban novelas o ensayos según lo que habías comprado antes y fueron esenciales en nuestra formación. En el café reinventamos el país y el universo y asistimos a numerosas presentaciones de libros. Fue un espacio decisivo de la cultura de la letra. Espero que cuando el virus deje de ser una amenaza, la gente recobre el gusto de reunirse con libros de por medio y surja otro espacio digno de la inolvidable primera Gandhi”.

Elena Poniatowska, quien conoció a Mauricio Achar y es vecina de la librería, lamenta la pérdida: “Es una noticia muy triste, yo iba con frecuencia, a presentaciones de libros y a dar conferencias, para mí es una pérdida enorme, también iba a tomar café. Es una perdida enorme porque todos recurríamos a la Gandhi, todos amamos a la Gandhi, era el lugar que todo mundo decía: ‘Nos vemos en la Gandhi’, qué pérdida”.