LIBRO

El libro retrata la vida de Mia Dennett, una chica de veinticinco años que es Profesora de Arte en un colegio. Una noche, Mia queda en juntarse en un bar junto a un amigo con el que salía, pero cuando él no aparece decide tomarse un trago e irse. Sin embargo, comete una imprudencia: a pesar de nunca haberlo hecho, decide marcharse con un misterioso desconocido. Colin Thatcher parece un joven dulce e inofensivo, pero Mia se da cuenta, más tarde, que fue el peor error que había cometido en toda su vida. 

Colin decide llevarla por la fuerza a una vieja cabaña que se encuentra aislada en las montañas de Minnesota, apartada de todo rastro de civilización. Es una decisión que él toma en un momento, puesto que él debía entregarla a las personas para las que trabaja. 

A partir de ese momento, tanto la madre de Mia, Eve y el detective que lleva el caso, Gabe Hoffman no descansan hasta encontrarla. Lo que ninguno de los dos podía llegar a predecir eran las implicaciones emocionales del secuestro, que acabarían por derrumbar la vida familiar de los Dennett. 

Si bien Mia a la que secuestran, indica que ella no sea la protagonista de la historia. Más bien es quien fue hilando todo —en todos los sentidos—, y quien iba haciendo que todas las historias se entretejieran. La chica es curiosa, extremadamente astuta y, para ser sincera, no terminó de caerme bien hasta las últimas páginas. 

Es una historia que está narrada a tres voces y en tres tiempos distintos, y es algo que le aportó muchísimo al libro. Los personajes que narran la historia son Colin —el secuestrador—, Eve —la madre de Eva— y el Detective Gabe. Todas sus voces narrativas son diferentes entre sí, y están muy bien perfiladas. 

Eve es quien se encarga de contar sobre la infancia de Mia, de su personalidad, de la forma en la que ve la vida. Gabe, el detective, al ser el encargado del caso lleva a cabo toda la investigación, todos los datos y la información. Y Colin es quien cuenta todo lo que pasa desde el minuto cero en que rapta a Mia. 

Estas tres voces se alternan a lo largo de todo el libro sin ningún orden en específico, hay tres tiempos, y es que las líneas temporales también están repartidas en el libro de forma aleatoria, durante el secuestro, antes y después. A pesar de ser de esta forma, para nada es entreverado o se pierde el hilo de la historia. La autora hizo un excelente trabajo. 

En resumen, Una buena chica es un thriller atrapante, que no se puede soltar hasta terminarlo. La narrativa, junto a las implicaciones emocionales tan profundas, hacen de esta historia algo memorable.