LIBRO

Si alguna vez te has preguntado por qué algunos piensan que los gatos negros traen mala suerte, por qué los cuervos son considerados pájaros de mal augurio o por qué una casa deshabitada da tantos escalofríos, seguramente encontraras las respuestas haciendo un examen no demasiado concienzudo sobre historia de la literatura moderna.

Tanto Edgar Allan Poe como H.P. Lovecraft son mundialmente conocidos por su incalculable aportación a la novela gótica y de terror, siendo autores de algunos de los más terroríficos. Sin embargo, aunque Poe y Lovecraft fueron los padres fundadores del terror a lo largo del siglo XIX y principios del XX, hoy día el maestro indiscutible de este género y el que ha sabido explotarlo hasta límites insospechados es sin duda Stephen King.

El resplandor es una de sus primeras novelas y también una de las más conocidas, gracias a la adaptación que hizo en 1980 el director estadounidense Stanley Kubrick y en la que pudimos ver a un excepcional Jack Nicholson en el papel de Jack Torrence, un atribulado padre de familia que se ve obligado por asuntos económicos a permanecer todo un invierno aislado en un antiguo hotel de lujo junto a su mujer y su hijo.

La tarea de Jack no es muy complicada: tan solo debe ocuparse de mantener en buen estado las instalaciones del hotel, pero las condiciones extremas en las que se desenvuelve día tras día harán tambalear los cimientos de su cordura.

La novela narra la historia de una familia totalmente resquebrajada que está dispuesta a emprender un último viaje en busca de la solución a sus crecientes problemas. Jack Torrence era un reputado profesor hasta que hace algún tiempo se abandonó a la bebida y fue despedido por emprenderla a golpes con uno de sus alumnos cuando lo pilló reventándole las ruedas del coche.

A raíz de su alcoholismo, Jack tiene cada vez más dificultades para contener su mal genio, algo que podría costarles muy caro al resto de sus familiares. Por otro lado, Wendy es una obediente ama de casa, con pocas aspiraciones en la vida que no sean proteger a su pequeño Danny de las garras de su padre. Desde que era apenas una niña, Wendy vive con el miedo instalado en su cerebro: miedo a la ira de Jack, miedo a que le pase algo malo a su hijo y sobre todo, miedo a repetir los mismos errores que cometió su madre con ella en el pasado.

En último lugar está Danny Torrence, un niño que adora a su padre y cuya mayor particularidad es que posee un don gracias al cual puede leer los pensamientos de la gente que lo rodea, además de tener visones y hablar con un extraño amigo llamado Tony. Un día, el padre de Danny recibe una oferta de trabajo más que tentadora: durante la larga temporada de invierno como conserje en un hotel enclavado en las Montañas Rocosas, completamente deshabitado y aislado por las fuertes nevadas.

La familia de Jack necesita desesperadamente el dinero que supondría ese trabajo, sin embargo, Tony advierte a Danny a través de una estremecedora visión de los terroríficos peligros que aguardan en el Overlook y le aconseja que no se acerque al hotel bajo ningún concepto.