En marzo se cumplen 25 años del asesinato de la cantante Selena, pero si hoy se quisiera hacer una película sobre su vida, sería prácticamente imposible.

Eso considera Gregory Nava, quien en 1997, dos años después de la muerte de la “reina del tex-mex” estrenó la biopic protagonizada por Jennifer López.

El largometraje de casi tres horas de duración costó 20 millones de dólares, recaudando 80 millones de billetes verdes.

“No podríamos hacer la película ahora; en esa época el 75 % el mercado para la película vino de Estados Unidos, pero lo que pasó en los últimos 10 años es que ahora el 75 % de dinero (de taquilla) viene de China y Alemania”, externa.

“Cuando hice Selena no le importaba a Warner Brothers (los estudios) si la gente de China la aceptaba, pero ahora sí, no creo pudiéramos hacer una película así ahora, quizá con Netflix”, agrega el realizador.

Los cambios han hecho, externa el también director de El Norte y American family, que ya no haya tantas oportunidades latinas para hacer cine en EU. “No ha crecido por el cambio del mercado; básicamente estamos en el negocio y, cuando cambia, el cine cambia”, señaló.

“He recibido ofertas de hacer cine, pero no voy a hacer narcos, sicarios, nada de eso, y es lo único que querían: hablaba con Alfonso Cuarón y también estaba enojado de que es la única cosa que quieren hacer. Sí, es una realidad (la violencia), pero solo una pequeña parte de nuestra cultura”, subraya.

Nava, integrante de la Academia Americana de Cine que anualmente entrega el Premio Óscar, fue coautor del guión de Frida, con Salma Hayek como protagonista. Dirigió y produjo el thriller político Bordertown, con Jennifer López y Antonio Banderas en los papeles principales, que fue nominada al Oso de Oro del Festival de Berlín y recibió el premio Arte por Amnistía de Amnistía Internacional. Ahora prepara proyecto sobre migración con niños de 12 años.