Dos películas dirigidas por mujeres y que narran historias de inseguridad en México, La civil y Noche de fuego, fueron premiadas en Una Cierta Mirada, la segunda sección más importante del Festival de Cannes.

La civil, ópera prima de la rumana Teodora Ana Mihai, fue recompensada con el Premio a la Valentía, mientras que Noche de fuego, de la salvadoreña nacionalizada mexicana, Tatiana Huezo, recibió la Mención Especial.

Aunque podría definirse como una cinta de acción, La civil está inspirada en hechos reales y narra la historia de una mujer que ante la falta de apoyo decide emprender la búsqueda de su hija, quien fue secuestrada por un cartel. 

Noche de fuego, ambientada en el estado de Guerrero, cuenta la historia de una madre aterrada, que trata de evitar a toda costa que su hija adolescente sea secuestrada por grupos armados.

Mihai dedicó la recompensa “a las familias que todavía están buscando a sus seres queridos en México y en otras partes del mundo”. Como mujer mexicana, “me gustaría que mi hija pudiera caminar sin miedo por la calle en el futuro”, dijo por su parte Huezo al recibir el premio. 

Se trata de las dos únicas películas latinoamericanas que competían en Una Cierta Mirada y curiosamente, ambas abordaron la misma temática. Pero la coincidencia “es muy evidente: hay un problema enorme con miles de familias buscando a sus hijas e hijos”, agregó la directora formada en el CCC (Centro de Capacitación Cinematográfica) en México.

Producida por Nicolás Celis y protagonizada por Mayra Batalla, está basada en Prayers for the stolen, best seller de Jennifer Clement. Por su parte La civil, fue producida por Cristian Mungiu, Jean Pierre, Luc Dardenney el mexicano Michel Franco, quien ya ha triunfado en Cannes con Después de Lucía y Las hijas de Abril.

El filme cuenta la historia de Cielo (Arcelia Ramírez), luego de dos años de investigación del escritor Habacuc Antonio de Rosario. La idea original era rodar un documental, pero ante las dificultades que esto implicaba decidieron realizar la cinta. “Queríamos tener la libertad de desarrollar una historia que conmoviera y decir lo que queríamos sin poner en peligro a nadie”, añadió la directora.

Arcelia Ramírez interpreta a una madre separada que vive en el norte de México con su hija adolescente, quien es secuestrada por un cartel. Cuando se da cuenta de nadie quiere ayudarla, la mujer comienza la búsqueda. En el filme, coproducción de Rumania, Bélgica y México, también participan Álvaro Guerrero y Ximena Ayala,

En sus proyecciones, las dos películas fueron ovacionadas por los espectadores, lo que se ve recompensado con los reconocimientos. El premio principal de Una Cierta Mirada se lo llevó Unclenching the fists, de la directora rusa Kira Kovalenko.