Ricarda Jiménez Tevera (Copoya, Chiapas 1962) soñaba con ser doctora para llevar salud a su comunidad, según se dijo en el homenaje que recibió la cocinera tradicional zoque, la tarde del lunes, organizado por el Grupo Amplio de Mujeres, A. C.
“Pues estoy muy contenta, es una sorpresa que me dieron porque no estaba enterada de esto”, señaló la embajadora de la gastronomía zoque, quien se involucró en la cocina tradicional desde pequeña para tratar de aprender y heredar los conocimientos de su bisabuela.
Es por eso que, para ella, saber cocinar es un don, porque ella viene de una familia de cocineras. Fue su bisabuela de quien adquirió sus primeros conocimientos, para después irlos reforzando con sus tías, madrinas y abuelas.
Son cerca de 38 años los que Ricarda ha pasado entre fogones, ingredientes y especias. Recuerda que la primera vez que hizo tamales olvidó ponerles sal, por lo que comparte la frase “echando a perder se aprende”.
Fue en el año de 1978 cuando fue invitada por el Estado de México para formar parte de un evento gastronómico que tuvo como sedes la Universidad Autónoma de México y la Plaza Loreto, empezando así su labor como embajadora de la cocina tradicional.
Agregó que le gustan varios platillos y que no puede inclinarse solo por uno, y aunque su experiencia le ha permitido preparar los más conocidos, son el cochito, el moni y algunos con flor de cuchunuc con los que ha ganado reconocimientos.
La cocina es para compartir
La homenajeada asegura que los conocimientos que ha adquirido en más de tres décadas los quiere transmitir a los jóvenes o a quienes estén interesados en aprender, dejando de lado la vieja costumbre de que las mejores cocineras se lleven a la tumba sus conocimientos en el arte culinario.
Ella ha viajado a otros estado de la República, donde ha dejado sus conocimientos pero también ha traído nuevos que le han servido para completar sus saberes. En ese sentido, hace unos días estuvo participando en el programa Fogones MX, en el que la producción llegó hasta su cocina para preparar varios platillos, lo que fue una gran aventura porque en cerca de cuatro horas elaboraron más de siete platillos, incluyendo bebidas como atol agrio, pozol, atol de elote, joyonaqué, entre otros.
“Yo no soy egoísta, si llegan jóvenes a mi casa, chefs o lo que sean, les doy los cursos. Y como se los digo, tienen que aprender los pasos que yo doy porque me gusta que hagan las cosas bien hechas, porque la cocina se da con amor”, declaró.
Aprovechando el espacio, Ricarda invitó a todos a ser parte de un taller que se llevará a cabo en fechas próximas y que consistirá en la matanza del cerdo hasta la preparación de los platillos. Para mayores informes pueden llamar al 9611008488.
En el evento, celebrado en la casa de la cultura Luis Alaminos Guerrero, participaron Enriqueta Burelo Melgar, Francelia Ramírez Brindis y Martha de Ita Rojano, quienes expresaron que si bien Ricarda no pudo convertirse en médica, sí puede curar el alma a través de su sazón.