El domingo, tras un concierto en el Museo José Luis Cuevas, el director de la Orquesta Típica de la Ciudad de México, el maestro Luis Manuel Sánchez Rivas, leyó un comunicado en el que anunció su renuncia como director artístico de la institución.

En el documento de cinco páginas relató las condiciones en que se encuentra esta institución con 130 años de historia, que por segundo año consecutivo no recibió presupuesto, situación que orilló al director a tomar la decisión de renunciar a la orquesta, una de las más antiguas de América Latina y designada como Patrimonio Intangible de la Ciudad de México.

El director explicó en entrevista que tomó esta decisión por tres razones; en primer lugar, porque nunca fue posible para él tener un acercamiento con el secretario de Cultura de la Ciudad de México, Alfonso Suárez del Real, a quien le solicitó una entrevista para plantearle un proyecto artístico; en segundo lugar, por la falta de un presupuesto fijo necesario para contar con material de trabajo, recursos para reparar instrumentos.

En tercer lugar, su renuncia, dijo el director, responde a los malos tratos y amenazas por parte del encargado de la Orquesta, Alejandro Sordo. En su carta, señala que la Orquesta Típica está en manos de burócratas que ignoran el delicado manejo de una orquesta.

El director hace un diagnóstico de los problemas que atraviesa la Orquesta Típica: no tiene sede propia, carece de bases de operación, salarios que oscilan entre 5 y 9 mil pesos mensuales con lo que es de las peor pagadas en el país; necesita un presupuesto para desarrollar un proyecto artístico de calidad; contratación de personal faltante para completar la plantilla de la orquesta.

El director dijo que si bien se han trabajado los temas de sede propia y de la comisión de Patrimonio, hay una evidente “falta de interés por parte del Secretario de Cultura para construir un futuro mejor para la Típica”.