Otra vez, en el último lugar

En una de las conferencias mañaneras de la semana que apenas está terminando, el secretario de Hacienda y Crédito Público (SHC), Arturo Herrera, dio un dato que dejó frustrado a más de un chiapaneco: que, de las 32 entidades de México, Chiapas es el único estado cuya economía no ha crecido desde mediados de 1995. ¡Vaya dato! Todos sabíamos que Chiapas ha sido uno de los estados más pobres de México, pero uno no se imaginaba que su economía haya estado estancada tres décadas y media en forma consecutiva.

Después de haber escuchado la grabación que circuló por todos lados, muchos han de haber quedado reflexionando al respecto y elaborando mentalmente varias preguntas: ¿Y a dónde fueron a parar los miles de millones de pesos que la federación ha mandado a Chiapas, cada uno de los treinta y tantos años transcurridos?

¿Qué estuvieron haciendo, entonces, cada uno de los gobernadores en todos esos periodos transcurridos, desde 1993 al 2018, último sexenio terminado?

Desde esas fechas han gobernado Chiapas interinatos, en gran parte: Después de Patrocinio González Garrido, quien ganó las elecciones constitucionales en 1988, fueron sus interinos Elmar Seltzer Marseille –casi un año-, Javier López Moreno –once meses, once mil acciones, decía su eslogan-.

Después Eduardo Robledo Rincón –dos meses-, Julio César Ruiz Ferro –casi tres años-, Roberto Albores Guillén –poco más de dos años- y los sexenios completos de Pablo Salazar Mendiguchía, Juan José Sabines Guerrero y Manuel Velasco.

¿Qué hicieron todos ellos si durante todo el largo periodo que gobernaron –más de tres décadas- no se empeñaron en que Chiapas creciera económicamente, aunque fuese un dígito?

¿Administraron los conflictos, nada más? ¿Administraron el gasto público, nada más? ¿Carecieron de talento para hacer algo más? ¿Gastaron demasiado en acciones superfluas y por eso no alcanzó el dinero para crear infraestructura, empleos y desarrollo social? ¿Hubo saqueo?

Al saber, que responda cada uno de ellos. Casi todos están vivos y tienen el derecho de explicar lo que pasó en sus respectivos periodos gubernamentales para que Chiapas tuviera nulo crecimiento y estancamiento económico en todos esos años.

Chiapas no creció nada. Ha estado estancado durante todo ese tiempo, dijo Arturo Herrera. Uff, qué frustración y enojo para quienes vivimos en esta entidad del sur del país.

Sobre el titular de Salud

Varios periodistas se fueron con la finta y publicaron en sus cuentas personales en redes sociales que el secretario de Salud de Chiapas, José Manuel Cruz Castellanos, había sido detenido por la policía el jueves reciente en Tuxtla Gutiérrez. Hasta El Universal lo publicó.

La verdad es que sí tenía una orden de arresto y esa orden de detención fue extendida por un juez por problemas económicos heredados por la administración pasada y eso ya ha ocurrido con algunos presidentes municipales chiapanecos quienes no han querido o no han podido pagar laudos –juicios laborales perdidos- a sus beneficiarios.

Luego entonces, la ley respectiva establece diversas sanciones en contra de los funcionarios públicos que retengan el pago de los famosos laudos. Pero, es necesario aclarar: son deudas heredadas por sus antecesores en el cargo.

Él no puede hacerse responsable de las anomalías cometidas por sus antecesores en ese cargo, pero desafortunadamente las leyes van contra las instituciones y el respondiente legal es quien esté fungiendo en el cargo al momento de una acción judicial.

La CNTE y su soberbia

De por sí ganaron los dirigentes de la CNTE. Lograron que el presidente Andrés Manuel López Obrador incluyera en la iniciativa de ley todo lo que esos rijosos querían y que así, de la misma forma, lo aprobaran los legisladores de Morena en las cámaras legislativas.

Pero de eso a que quieran adoctrinar a sus alumnos, es algo muy diferente.

El periódico Contraréplica publicó este viernes en sus ocho columnas que la CNTE meterá el marxismo en las escuelas y que va a fundamentar sus programas educativos en la teoría de Carlos Marx y que pretenden poner el nombre de Fidel Castro o de El ”Che” Guevara en algunos planteles. Ya es mucho, ¿no? Eso es grave y estoy seguro que las autoridades competentes, las de educación a nivel federal y a nivel estatal, actúen para corregir esas pretendidas pifias de esa disidencia magisterial.

Pero lo otro que no tuvo nombre es que, en un mitin allá en la Ciudad de México, profesores de la CNTE compararon la abrogación de la reforma educativa de 2013 ¡con el movimiento estudiantil de 1968! Ja, ja, ja, ¡qué barbaros!

La tontería no termina ahí. Pidieron que el nombre de la CNTE se inscriba con letras de oro en el salón de plenos de la Cámara de Diputados. Antes, otros similares a él se han referido a su organización como “la gloriosa CNTE”. Soberbia en grado de excelsitud.

José Luis Patiño, integrante de la región Valles Centrales de la sección 22 de la CNTE en Oaxaca opinó que los maestros de esa agrupación son “viejos guerrilleros” de la década de 1980 que han permanecido en el movimiento.

De boca en boca

Resurgió la violencia en Oxchuc. Ayer tarde, videos difundidos en redes sociales mostraban una violencia inusitada en las calles de la cabecera municipal de esa región indígena. Algunos de ellos cargaban con rejas repletas con bombas hechizas con “botellas de cristal”, llamadas bombas molotov, con cuyos impactos hacen arder otros objetos inflamables y que pueden causar graves daños a las personas. Ojalá y las autoridades competentes hagan algo para imponer el orden en esa región porque sus antecesores fueron exageradamente permisivos. La anarquía imperó en ese municipio durante todo el sexenio pasado. Necesariamente tendrían que aplicar la ley entre los revoltosos porque, de lo contrario, difícilmente van a lograr pacificarse por sí mismos.

alexmoguels@hotmail.com