El PEF 2020 y sus claroscuros
Los grandes ganadores fueron los programas sociales –clientelares- y los grandes perdedores fueron los órganos autónomos.
Los más castigados fueron el Poder Judicial y el INE. Hay que debilitarlos. No deben hacer contrapesos al poder presidencial, ¿cómo va a ser eso?, no, pos no.
Las críticas contra esas nuevas políticas sociales van y vienen. Porque la idea es entregar todo el dinero directamente a los beneficiarios, sin reglas de operación, sin control alguno y con grandes puertas abiertas a la discrecionalidad. Uñas van a faltar.
Otros dicen que para inicios del próximo año estarán listas las reglas de operación. Los escépticos siguen dudando que eso ocurra.
Vamos pues con el tema de la semana que hoy sábado está terminando: Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2020. Es, en esencia, el dinero que va a gastar el gobierno federal en todos los rubros y su desglosamiento de cómo piensa gastarlo en cada uno de los pedazos en que está dividida la administración pública federal.
Legislar sobre ese tema no es entrarle de lleno a las ciencias ocultas ni nada que se le parezca. El presupuesto del año anterior sirve como referencia clave para el siguiente. De sus cifras pueden los legisladores quitarles montos, aumentarles o dejarlos tal como ya estaban.
El problema no está ahí. El problema está en la cabeza del presidente, Andrés Manuel López Obrador, porque los fantasmas invisibles que merodean en su mente le dictaron cómo van a distribuirse los más de 6.1 billones de pesos y no hay poder de Dios ni de alguien en la tierra que lo haga cambiar de parecer. Sus legisladores sólo tienen que obedecer ciegamente y así lo hicieron.
Así, el presidente dispondrá de más de 400 mil millones de pesos para sus programas clientelares: Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida, Adultos Mayores, Becas y Discapacitados, entre otros. Sería tonto siquiera sugerir que les quiten los apoyos a las personas de la tercera edad o a los discapacitados. Ellos lo necesitan y lo merecen. Algunos de ellos están muy bien justificados. Ni cómo debatir al respecto.
Pero los otros sí son altamente cuestionables porque son muchos millones de pesos entregados directamente a los beneficiarios, sin reglas de operación y, por tanto, es fácil deducir que es dinero tirado a la basura.
Peeerooo, todos ellos, los de carne y hueso, significan votos casi seguros, pues, para mantener o agrandar la mayoría de Morena en el Congreso de la Unión en las intermedias del 2021.
Bueno, eso es lo que los morenistas creen. La gente de hoy ya no es la misma de los años sesentas o setentas u ochentas cuando las personas iban con los ojos vendados a votar –confirmar en las urnas- por quien con anticipación ya había sido designado por el gran elector. Desafortunadamente, nadie podrá hacerla de adivino para adelantarse a los sucesos del futuro.
Hay muchas señales de que hoy las cosas en ese aspecto son distintas. Y ya lo veremos.
Puerta abierta a la discrecionalidad
El mandatario nacional decidió disminuir los recursos al campo, apretar el pescuezo a los órganos autónomos –hay que debilitarlos y destruirlos, ¡faltaba más!
Abajo también las cifras de dinero para carreteras y gasto corriente. Aquellos presidentes municipales que fueron gaseados en puertas de palacio nacional hace unas semanas, ¿ustedes los recuerdan? Ya no les recortaron montos, pero quedaron iguales que antes de sus protestas.
Las universidades correrán con la misma suerte. Ganas de llorar han de tener sus rectores porque están hundidos en millonarias deudas heredadas y el presidente no les quiso echar el hombro.
Triste realidad porque eso avizora detrimento en la calidad académica en las instituciones de educación superior del país entero o ¿qué? ¿acaso un futuro promisorio? Ni máis palomas.
Ahh, pero subieron presupuesto a la Secretaría de Energía y a la Función Pública. Ahí están claramente las prioridades, señores. En energía para hacer realidad su sueño trasnochado de construir refinerías y Función Pública para castigar a quienes se quieran salir del redil.
Desde el dictamen en comisiones se perfilaron los aliados de Morena: PT, PVEM y PES. Votaron a favor. Votaron en contra PRI, PRD y MC. Los panistas ni siquiera las narices asomaron. No quisieron ir. Mal, muy mal. Debieron ir a la Expo Santa Fe. Era buena plaza para el show. Debieron ir a gritar, patalear y evidenciar. Otro punto negativo para quienes forman el rebaño de Marko Cortés.
La mayoría es Morena, ni qué decir. Pero hubo sorpresas. La morenista Lorena Villavicencio votó en contra del PEF porque no hubo un solo centavo para combatir el abuso y la violencia sexual contra menores. Ella tiene las cifras. Dice que hubo registros de 4.5 millones de abusos anualmente en México.
También voto en contra otro morenista, Eraclio Rodríguez, presidente de la Comisión de Desarrollo Agropecuario. Sus razones: porque hubo recortes al dinero destinado al campo.
Terminó el show en la CDMX
Así termina la fiesta legislativa federal. Paralizaron actividades desde el seis de noviembre porque miles de campesinos bloquearon accesos de San Lázaro. No los dejaron trabajar.
La Constitución ordenaba que el PEF debía ser votado el 15 de noviembre como fecha máxima, pero no fue así. Las causas de fuerza mayor están por encima de la Carga Magna. Concluyeron la sesión hasta ayer viernes 22 de noviembre. La mayoría y sus aliados aprobaron lo que querían y como querían.
Las voces discordantes se perdieron en el espacio infinito. Nadie las quiso escuchar. Las organizaciones campesinas terminaron frustradas y se regresaron a sus pueblos más enojadas que antes.
Las autoridades universitarias se fueron a sus casas en silencio. Calladas. Nada podrán hacer. Son institucionales.
Pero las organizaciones campesinas ya han de estar pensando qué hacer para vengarse contra Morena del agravio que sufrieron.
alexmoguels@hotmail.com