Lanzó fuego sobre pasto seco

Cada una de las expresiones y actitudes del presidente López Obrador sobre el tema de la violencia de género constituyó un cerillo encendido sobre pasto seco. Cada vez que minimizaba el tema de violencia de género crecía en forma exponencial el enojo de grupos feministas a nivel nacional.

Ha tratado de hacer menos el tema hasta el cansancio. Las ha acusado de ser conservadoras y de que su movimiento no es legítimo porque, según él, obedece a intereses políticos.

Al presidente, Andrés Manuel López Obrador, le saltó la libre por donde menos se lo esperaba: un movimiento nacional de mujeres que, a juzgar por los conocedores, va a ser una movilización sin precedentes y que va a constituir un parteaguas para la sociedad mexicana.

Todos sabemos que las organizaciones feministas han estado luchando a nivel mundial por conquistar sus derechos desde hace mucho tiempo y en distintas circunstancias, pero el fenómeno de hoy en México ha llegado a su momento cúspide.

Quizá las cosas no hubieran llegado tan lejos, sino hubiera sido por la actitud siempre despectiva del propio mandatario nacional quien, en forma insistente, minimizó el tema de género en sus conferencias mañaneras.

 Casos emblemáticos

El tema de violencia de género cobró vigencia y de una manera masiva cuando se fueron sucediendo hechos violentos contra mujeres y cuando los medios dieron cuenta del sorprendente aumento de cifras de feminicidios en distintas partes del país.

Caso uno. Abril Pérez había sufrido a principios del año pasado violencia doméstica de parte de su esposo Juan Carlos N quien la agredió con un bate de béisbol. Ella presentó denuncia en su momento, el agresor fue detenido y acusado de tentativa de feminicidio. Sin embargo, diez meses después, un juez reclasificó el delito como violencia familiar y lesiones y ordenó la liberación del acusado.

La mujer fue asesinada a balazos el 25 de noviembre pasado cuando se trasladaba en un vehículo hacia el aeropuerto de la Ciudad de México en compañía de sus hijos y de su abogado. Apenas hace dos días detuvieron a los presuntos asesinos materiales.

Por esas razones, Juan Carlos N es señalado como el principal sospechoso de dicho asesinato.

Caso dos. Millones de mexicanos expresaron su indignación por el brutal asesinato de Ingrid Escamilla, una muchacha de 25 años, quien murió presuntamente a manos de su pareja en el norte de la ciudad de México.

El hombre fue detenido, e identificado como Francisco R de 46 años, y fue encontrado con manchas de sangre y ante el cuerpo de Escamilla quien presentaba múltiples laceraciones de arma blanca. El tema ofendió más a las organizaciones de feministas porque las fotos de Ingrid fueron publicadas en portadas de periódicos de circulación nacional.

Caso tres. María Elena, de 26 años de edad, acusó a su ex pareja, un empresario y ex diputado local de Oaxaca, de haber ordenado le lanzaran ácido sobre su cuerpo. Eso sucedió hace aproximadamente más de un año y el agresor sigue prófugo de la justicia.

Y el caso 4. Fue el que más conmocionó al país entero. El secuestro y posterior asesinato de la niña Fátima, de tan sólo siete años de edad, quien fue sacada de su escuela en la Ciudad de México, llevada por una mujer adulta hacia el domicilio de su pareja sentimental quien presuntamente es pedófilo. La niña apareció muerta dos o tres días después de su desaparición y casi todo el suceso atrajo la atención de los medios de comunicación nacionales y regionales.

Hay otros sucesos parecidos, pero estos fueron los más sonados y los que más encendieron las pasiones de grupos feministas de México.

 La palabra presidencial

Quizá las cosas no hubiera llega hasta las manifestaciones anunciadas para el próximo domingo 8 y lunes 9 de marzo.

Sin embargo, el presidente López Orador minimizó una y otra vez, y en forma tan notoria, el tema feminista y la violencia de género.

El primero punto fue cuando el Fiscal General, Alejandro Gertz Manero, elaboró un borrador de propuesta legislativa que pretendía borrar el delito de “feminicidio” y sustituirlo por otro nombre.

Sus argumentos fueron de risa. Que las autoridades querían hacerle las cosas más fáciles al Ministerio Público para poder integrar mejor las carpetas de investigación. Nadie, absolutamente nadie, le creyó. La interpretación de ese acto fue contundente: el gobierno federal quería borrar la palabra “feminicidio” para hacer a ese tema mucho menos visible.

El segundo punto estuvo a la vista de todos en una conferencia mañanera posterior a ese hecho, cuando el propio Gertz apareció, sentado y dócil, al lado del presidente en una conferencia mañanera. El tema de ese día era que ese funcionario iba a entregar a López Obrador un cheque por 2 mil millones de pesos que supuestamente habían sido confiscados por un caso de corrupción en el Infonavit.

El tema de los feminicidios estaba ya que ardía. Y cuando una reportera le preguntó sobre el feminicidio al mandatario nacional, éste minimizó el tema y dijo que no quería que el feminicidio se sobrepusiera a la entrega del cheque, jaló a Getz al centro del escenario, extendió el cheque, lo puso al frente y ordenó que le tomaran una foto.

En tercer punto, el presidente se ha negado en forma rotunda y en reiteradas ocasiones a establecer una política clara de su gobierno contra la violencia de género. Siempre evade el tema.

El colmo fue cuando ordenó que el lunes 9 de marzo iniciara la venta de los boletos de lotería para la rifa del valor del avión presidencial, en un intento claro por anteponer la rifa al movimiento nacional convocado por las mujeres.

Cuando se le preguntó, dijo que no tenía en mente que ese día fuera a realizarse tal movimiento nacional. Por supuesto que nadie le creyó que se le haya olvidado. Dio a entender de nuevo que no le interesa el tema de las mujeres.

alexmoguels@hotmail.com