El tren Maya y sus beneficios
Los beneficios preconcebidos por el proyecto del Tren Maya suenan muy bien y, de llegar a concretarse, van a desarrollar a todas las regiones por donde pasará el trazo del tren. Las beneficiadas serán amplias regiones de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Pero vamos por partes. Una de las noticias más importantes de la semana reciente fue que el presidente López Obrador salió a la calle, tan pronto terminó la Jornada Nacional de la Sana Distancia, y se dirigió a poner en marcha, aunque fuera en forma simbólica, una de las obras insignia de su sexenio: el tren Maya.
Y fíjense, estimados lectores, que en este punto sí estoy plenamente convencido de que, de llegar a concretarse, ese instrumento de comunicación terrestre sí va a llevar muchos beneficios a las comunidades, las ciudades y los estados por donde van a pasar sus vagones.
Eso pienso por las siguientes razones: en países europeos, asiáticos y en Estados Unidos, los trenes son eficientes, rápidos y seguros medios de transporte terrestre.
Según el proyecto presentado desde el inicio del presente sexenio, el Tren Maya podrá trasladar pasajeros de distinto tipo, miles de turistas nacionales y extranjeros al año por las zonas arqueológicas de la cultura Maya y transportará todo tipo de carga.
Su objetivo principal es elevar a su máxima potencia las zonas turísticas mayas que están ubicadas en los cuarenta municipios de los cinco estados por donde pasará el tren: Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco y Chiapas.
Beneficios concretos: en principio, el proyecto contempla crear alrededor de veinte mil empleos, tan solo en el primer tramo comprendido entre Chiapas, Tabasco y Campeche.
Su transportación de personas va a detonar la actividad turística, la actividad económica y la actividad agrícola de todas las regiones señaladas, porque los turistas llegarán a gastar su dinero y ese dinero irá a manos de cientos de prestadores de servicios –hoteleros, restauranteros y de sus empleados; de taxistas, artesanos, guías de turistas, etcétera-. Beneficiará a la actividad agrícola de la región porque los vagones de carga transportarán productos de la misma zona.
De igual forma, a través de la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano (Sedatu), el gobierno federal tiene planeado realizar obras de mejoramiento de la imagen urbana de la ciudad de Palenque y a través otras instituciones realizará obras de mejoramiento de viviendas.
Ahí mismo en Palenque, va a construir la sede de la Guardia Nacional (GN), una sede del Instituto Politécnico Nacional (IPN), que podrá recibir a jóvenes de la región cercana y de los estados vecinos, y va a edificar la sede de la Universidad Benito Juárez.
De igual forma, se va a construir el nuevo edificio de la presidencia municipal en las cercanías de las estaciones del Tren, en la colonia Pakal-Ná y los empresarios tienen pensado asociarse para construir una plaza comercial.
Lo concreto: el Tren Maya va. Nadie podrá parar la obra. Ya lo decidió el presidente.
Lo esperanzador: que la obra sea terminada y que funcione tal y como se está anunciando para que no se convierta en un enorme elefante blanco, como muchos otros que ha habido en el pasado. Los elefantes blancos del pasado eran producto de la corrupción. Hoy nos han dicho que ya no habrá corrupción. Por tanto, confiamos en que la obra será bien realizada, con suficiente calidad, será terminada y no se convertirá en un elefante blanco. De lo contrario, el costo político será para los de hoy.
Atrajo todos los reflectores
El presidente, Andrés Manuel López Obrador, sigue atrayendo reflectores. Les guste a unos o no les guste a otros. Sea publicidad pagada o no sea pagada. Lo que diga o deje de decir el señor, es noticia todos los días y a nivel nacional.
Todos los medios dedican espacio a sus actividades y a sus dichos.
En esta semana él fue noticia porque decidió reanudar sus giras de trabajo en el interior de México, a pesar que el país entero estaba –y sigue estando al día de hoy- pintado de rojo, el color indicativo de máxima intensidad de contagios de coronavirus.
Los científicos de la salud se la pasan todos los días pidiendo a todos los mexicanos a que se resguarden en sus casas y que sólo salgan a hacer algo esencial para sus vidas. El presidente hizo exactamente lo contrario. Salió de Palacio Nacional donde vive y estuvo confinado más de dos meses, y se fue a la calle. Pero, no se preocupen. No pasa nada.
El presidente sí guarda la sana distancia y sí está cuidándose en sus giras que realizó en todos los estados del sureste de México, más Veracruz. Sí, está protegiéndose. Así lo hará en todas las demás giras que haga de ahora en adelante, porque ya anunció que irá a todas las regiones de México.
Sin embargo, y pese a que muchos millones de mexicanos pensamos que el presidente está haciendo algo incorrecto, hay que buscar una explicación a su comportamiento y la única explicación que me viene a la cabeza al momento de estar escribiendo estas líneas, es que la situación es muy compleja, tan compleja que, hasta ahora, la inmensa mayoría de los jefes de estado y de gobierno han quedado mal con sus ciudadanos o los han dejado insatisfechos.
Porque, en el caso de México, los mexicanos ya habían estado más de dos meses confinados, parcial o totalmente, pero hay que entender que la vida sigue y millones de personas tienen que ganarse el sustento de cada día. La vida tiene que seguir. El país no podía y no puede seguir paralizado.
Por eso y con todo el semáforo rojo, las autoridades autorizaron reabrir las actividades de elaboración de partes automotrices, construcción y de minería, con sus propios cuidados. Cada directivo de las empresas de esos rubros están obligados a aplicar rigurosos criterios de prevención de contagios de coronavirus. Los demás sectores tienen que esperar.
alexmoguels@hotmail.com