Los enredos y extravíos de Morena

Recurrir a Muñoz Ledo

Calderón: movilización tuitera

Diez dejan la Conago

Al inicio del proceso electoral que llegará a junio de 2021, el partido en el poder parece a la deriva, sin encontrar siquiera la forma de renovar su dirigencia nacional con un sentido claro de autocorrección y unidad, mientras los partidos opositores al morenismo se estancan en una retórica casi burocratizada./

Morena es casi nada sin Andrés Manuel López Obrador y, en ausencia tutelar del máximo jefe, el partido teóricamente tan poderoso carece de brújula, a tal grado que en la desesperación del grupo que hoy controla su dirección (Alfonso Ramírez Cuéllar, Bertha Luján y Héctor Díaz Polanco) como presunta ficha salvadora ha aparecido de mala manera, impulsado casi oficialmente desde esa facción, el personaje que mejor representa la versatilidad ideológica, el camaleonismo operativo, Porfirio Muñoz Ledo, que ha transitado con similar pasión y compromiso en los más disímbolos y contradictorios terrenos partidistas. A su larga historia multiforme se ha añadido, también de manera extraoficial, cual si fuera una fórmula de candidatos a la presidencia y a la secretaría general, a la senadora morenista más joven y muy combativa, Citlalli Hernández, de izquierda sin mescolanza./

Por otra parte va Mario Delgado, pieza neta de Marcelo Ebrard, quien peleó hasta el final por hacerlo su sucesor en 2012, lo cual no logró. Además del canciller multiusos, a Delgado lo apoya Ricardo Monreal, quien tiene la vista puesta en ser promotor de candidaturas grupales en 2021 y, en 2024, candidato a la Presidencia de la República o a jefe de gobierno de la Ciudad de México, lo que se le conceda primero, a nombre de Morena o por fuera de ella./

También buscan presidir Morena, mediante el sistema de encuestas que le impuso el tribunal electoral al partido internamente deshilachado, el joven intelectual y buen polemista Gibrán Ramírez, el diputado Javier Hidalgo Ponce y el suplente en el Senado de Monreal, Alejandro Rojas Díaz-Durán. Ah, Yeidckol Polevnsky pareciera persistir en el intento, sin resolverse aún las denuncias de corte penal, civil y mercantil que la actual dirección morenista instauró contra ella por presuntos actos de corrupción en el manejo del dinero partidista./

En el flanco opositor lo más relevante en estos días es la defensa mediática, casi solamente tuitera, que el exocupante de Los Pinos, Felipe Calderón Hinojosa, hace de su propia causa, relacionada con la solicitud de registro de un partido al que se denominaría México Libre. No se ha visto hasta ahora un solo acto público presencial que muestre el supuesto músculo de la citada tentativa de partido. Los irónicos consejos de movilización y protesta, dados por López Obrador a quien le birló la presidencia de la República en 2006, no han encontrado condiciones propicias en el calderonismo, que a reserva de lo que suceda con las impugnaciones ante el tribunal electoral federal ya tiende la vista hacia un plan B que consideraría la reunificación con el panismo, que no está siendo solidario con la batalla del felimargarismo en pos de su propio partido./

En ese mismo contexto de futurismo se ha producido la salida de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) de diez de sus miembros, quienes precisaron que su renuncia no se relaciona con la gestión del priista potosino Juan Manuel Carreras, al que elogiaron. En realidad, es un lance contra el obradorismo, un frente opositor a Palacio Nacional que se parapeta tras propuestas de índole fiscal, sanitaria, educativa y de otra índole formal./

La Conago ha sido un escenario de simbolismos, que en estos momentos no tiene mayor trascendencia. Entre los gobernadores que se escinden destacan dos que aspiran a ser candidatos presidenciales, el panista chihuahuense Javier Corral Jurado y el jalisciense Enrique Alfaro, externo al Movimiento Ciudadano pero firme controlador de una buena porción de este partido. ¡Hasta mañana!