Escuché el mensaje de Manuela Carmena —quien hasta hace unos días fue alcaldesa de Madrid— el día de su entrega del mandato a la coalición de derechas que se formó a pesar de que “Más Madrid” obtuvo mayor número de votos.

Manuela gobernó la capital española los últimos cuatro años. Al tomar posesión tenía 71 años y aunque algunos le decían “la abuela” de manera peyorativa, ella contestaba que se trataba de un hecho objetivo: soy una abuela. Y aclaraba: “Nuestra sociedad no está acostumbrada a dar protagonismo a la gente mayor, cuando, de hecho, normalmente la edad suele producir una madurez y espíritu de tolerancia, de escucha y capacidad de comprensión”. “En España se asume más que los hombres mayores puedan continuar y tener posiciones de responsabilidad pero no las mujeres”.

En su último mensaje, todavía al calor de la contienda, repitió una y otra vez “debemos cuidar la democracia” recordando lo que costó construirla en España. Ella estuvo detenida varias veces cuando luchaba para lograr la caída de Franco. Asimismo, durante su gestión, fue llevada a la Corte por renombrar varias calles de Madrid que honraban a personas vinculadas a la dictadura de Franco.

“La democracia es un valor enorme que tenemos que cuidar” —dijo—. “Así como se cuidan los afectos, las amistades, los amores, hay que cuidar a las instituciones”. Luego pidió que se pusiera atención en el empleo del término “cuidar”, vocablo que emplea con gusto porque es un término producto de la teoría feminista. “La teoría de los cuidados es producto del feminismo y el feminismo es un movimiento que ha significado la mayor revolución del mundo sin que haya habido una gota de violencia”. Remarcó: “el movimiento feminista jamás fue violento, desgraciadamente hay muchos que no creen en él, que no respetan a las mujeres, que las matan…”. Carmena expresó su preocupación por el número de mujeres muertas a causa de la violencia de género.

“Cuanto más vulnerables somos, cuantos más sectores vulnerables hay en la sociedad, más se necesita de la sociedad, más se necesita de la democracia”. Y añadió: “cuidar la democracia no es sólo cuidar el ejercicio de la representación o la sustitución de un gobierno por otro, es saber, ante todo, que nosotros no podemos seguir insultándonos, descalificándonos, injuriándonos, empleando manipulaciones de toda índole, mentiras, si es necesario, para llegar al poder. No podemos seguir haciendo este discurso”. “Es una necesidad de supervivencia”.

Recordó que “la primera regla de la democracia es respetarnos, respetarnos siempre”.

Pronto conoceremos los siguientes pasos de la ex alcaldesa porque no creo que se quede quieta. Ya elegirá una nueva trinchera dentro de los múltiples derroteros que han marcado su vida. Compartir su discurso me pareció relevante en el marco de las recientes reformas constitucionales en materia de paridad en nuestro país que van a permitir la llegada de más mujeres a los cargos públicos. En este contexto, no han faltado de nuevo los comentarios respecto a la capacidad de las mujeres y los esfuerzos extras que debemos seguir dando para ser consideradas en espacios públicos.

Formo parte de una red denominada Mujeres en Plural que a nivel nacional asumió la agenda de la paridad. En el grupo se ha practicado, a pesar de diferencias ideológicas, la primera regla que recuerda Carmena: el respeto. Ha sido un laboratorio interesante en el que no se ha perdido de vista el objetivo común: lograr mayor representación de las mujeres en la vida pública. Lo consideramos indispensable para la democracia plena.

En lo personal, no lo había formulado en los términos de Carmena. Debe ser compromiso de todas y todos cuidar que la democracia mantenga su salud y vigor. Un monitoreo permanente será indispensable.

Twitter: @leticia_bonifaz