Al día siguiente de la noche de bodas el novio se veía exánime, agotado, feble, laso, cuculmeque y escuchimizado. Tal debilidad se explica: su mujercita le había demandado el cumplimiento del débito conyugal 12 veces en 24 horas. Después de un sueño inquieto el desfallecido galán abrió los ojos, y de inmediato su flamante esposa lo requirió de nuevo. “¿Otra vez? -gimió él con voz audible apenas-. Mi amor, con ésta ya serían 13”. Replicó ella, impaciente: “¿Y qué? ¿Acaso eres supersticioso?». Babalucas le dijo a un amigo: «Conseguí chamba en San Francisco”. Preguntó el amigo: “¿De qué?». Respondió Babalucas: “Del Rincón”. En la cena de gala de la Convención Nacional de Nudistas el presidente de la organización se puso en pie para pronunciar el brindis de la noche. “Queridos compañeros -empezó-. Siento una extraña sensación al dirigirme a ustedes”. Le indicó una señora: “Es que tiene usted su cosa metida en la ponchera”. Un cachivache ¿es un hoyo que está por convertirse en bache?... Ana Guevara, que tantos triunfos y gloria dio a México en su época de deportista, quiso subirse una vez más al podio y tomar algunas hojas de los laureles conquistados por los deportistas mexicanos en los Juegos Panamericanos de Lima. La bajaron de ahí las palabras de un joven y valiente atleta, Guillermo Ruiz Tomé, quien de manera clara y contundente dijo en un foro ante el Senado que los resultados obtenidos por México en esos Juegos no se deben en modo alguno al Gobierno de la llamada Cuarta Transformación. “Ningún atleta -señaló empezó a entrenar el primero de diciembre de 2018”. Es cierto: el régimen actual, en vez de apoyar a los deportistas, ha reducido drásticamente los fondos que antes recibían. Para poder ir a Lima algunos de nuestros representantes tuvieron que recurrir a la ayuda de familiares y patrocinadores. Esperemos que las medallas obtenidas por atletas de México en los Juegos Panamericanos sirvan al menos para hacer que el Presidente se entere de que hay otros deportes a más del beisbol, y apoye a todas las disciplinas por igual, no sólo a la que a él le gusta. Doña Cicuta pasó a mejor vida. Meses después su esposo la siguió. Llegó al Cielo el finado, y a la primera que vio en la morada celestial fue a su mujer. Doña Cicuta corrió a abrazarlo. “¡Ah no! -la rechazó el señor-. Yo dije nada más: ‘Hasta que la muerte nos separe’”. En la suite nupcial el novio tomó por los hombros a su desposada y le preguntó, solemne: “Dime, Pirulina: ¿eres virgen?». Respondió la chica: «Faltan meses para la Navidad. No me digas que ya vas a empezar a poner el nacimiento». Doña Panoplia de Altopedo y su esposo don Sinople fueron a visitar la hacienda heredada por él de sus mayores. El encargado de la casa, un viejo campesino, hizo que su mujer les sirviera un guiso a base de conejo silvestre. Doña Panoplia preguntó: “¿Cómo se cogen los conejos?”. “Bueno -empezó a explicar el hombre-. El conejo se le sube a la coneja y.”. “No -aclaró la señora, turbada-. Lo que quiero saber es cómo se cazan”. “No se casan -replicó el granjero-. Nomás cogen”. En el velorio del señor su viuda clamaba desesperadamente: “¿Cómo voy a llenar el gran hueco que dejas?”. “Comadrita -preguntó uno de los presentes, evidentemente inspirado por espíritus etílicos-. ¿Se admiten sugerencias?”. “¡Qué vergüenza! -le reprochó un empresario a otro-. Me enteré de que le besaste la mano al director del banco para que te concediera un crédito. ¡Qué indignidad! ¡Besarle la mano!». «¡Anda! -replicó, ligero, el otro-. ¡Y él no sabe lo que tendrá que besarme a mí para que yo le pague!”. FIN.

Mirador

Por Armando FUENTES AGUIRRE.

Este pájaro tiene el mismo oficio de San José: es carpintero.

Ignoro si el castísimo esposo de María tuvo la rara virtud de la puntualidad. Este pájaro es exasperantemente puntual. A las 7 de la mañana en punto empieza a tocar su música de percusión en los maderos de la ventana de nuestra casa en el Potrero.

¿Qué exactísimo reloj lo rige? No lo sé. Pero el carpintero tiene la precisión de un tren inglés. Cuando oigo su pespunteo no necesito ver la hora para saber que es su hora.

No me muevo ni hago ruido. Lo dejo hacer su trabajo. Ni siquiera lo miro: una mirada quizá lo asustaría. Espero a que acabe su rítmico picoteo y luego escucho cómo vuela y se va.

La visita del pájaro carpintero es un regalo cotidiano para mí. Me trae un mensaje de la vida. Su toc toc es el latido de un corazón que nunca dejará de latir. Con su música este puntual amigo me dice que la vida eterna existe. Todos los días a las 7 de la mañana él y yo tenemos un encuentro en esa eternidad.

¡Hasta mañana!...

Manganitas

Por AFA.

“. Elección en el PRI.”.

Ya sé quién fue el ganador;

decirlo no necesito:

en apariencia fue Alito,

pero en verdad fue Obrador.