Se fue el Tiempo

Ex Candidato Fifí

Parecían muy largos los cinco meses que duraba hasta 2018 la transición política; a partir de 2024, el periodo se reducirá en ocho semanas lo que es más propio para evitar cuanto se ha dado: el arrinconamiento del mandatario en funciones por la exaltación popular hacia el electo, en gran medida cuanto se dio el año anterior fue fruto del rencor acumulado por enrique peña y cuanto representa en la ominosa perspectiva de la violencia, la dependencia, la usura y, sobre todo, la corrupción. No sé ustedes pero no visualizo cambios en esta perspectiva.

Entre matanzas, reformas inútiles, alzas injustificadas, desviaciones pecuniarias multimillonarias, complicidades con empresas y constructoras de alto nivel, encarecimiento general, depreciación del peso, impunidad para los funcionarios de su régimen, abandono de proyectos sociales y subasta de prestaciones para castigar a los gobernadores contrarios a su administración, transcurrió uno de los regímenes más funestos de la historia y acaso, como el de calderón, en los estándares de quien fue usurpador Victoriano Huerta Márquez liderando una contrarrevolución que no fracasó del todo a la vista de las consecuencias.

Por desgracia, los señalamientos del párrafo anterior pueden medirse con semejante vara en la actualidad... y apenas ha transcurrido un año desde la asunción de Andrés Manuel. Pese a ello, nada hay que pueda tapar lo ocurrido en los seis años de oprobio ni siquiera la apagada belleza de su consorte, Angélica Rivera Hurtado –sobrina de miguel de la madrid hurtado-, de quien, según relato de los cronistas rosas, se separó varias semanas del fin del anterior periodompresidencial. Fue una vergüenza, sí, el papel desempeñado por la llamada “primera dama”, un título sin bases que desechó ya Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de López Obrador, y grotescamente ofensivo para millones de mexicanas mejores que ella intelectual y socialmente.

Por cada caso, sea de asesinatos –no olvidemos a nuestros colegas caídos por persecuciones políticas sin nombres-, o de prevaricaciones abominables, enrique peña nieto NO PUEDE SER PERDONADO. Contra él deben seguirse los debidos procesos que lo remitan a la cárcel como uno de los grandes criminales de nuestra crónica nacional; de no hacerse lo anterior quedaría en bancarrota moral la administración federal en curso cuyo hilo conductor, según han dicho los principales protagonistas, es la guerra contra la corrupción y la impunidad.

Sería una enorme bajeza, imposible de creer que ocurra ni siquiera entre los mayores enemigos de Andrés Manuel, desempeñar el cargo de presidente constitucional con el viejo lenguaje de la continuidad. Francamente, de seguir dándose las similitudes, ello fulminaría la autoridad moral del primer mandatario y pondría en jaque mate a sus incondicionales y hasta fanáticos que no tendrían cómo justificar tamaña afrenta.

No quiero pensar que suceda lo anterior. No podría traicionarse a sí mismo Andrés ni comenzar su andar con la carga inmensa de la hipocresía. ¡Demasiado hemos tenido con los nombramientos de algunos felones, remedos de otros tiempos, dentro de su gabinete y el ampliado! Por dignidad, no puede darse este escenario bajo circunstancia alguna. La única salida congruente sería sumarse al grito de batalla que le encumbró:

¡CÁRCEL A peña nieto!

La Anécdota

José Antonio Meade Kuribreña no le tuvo miedo a las multitudes y acudió a una corrida de toros, en sexta fila del primer tendido, esto es alejado de las barreras y en un sitio propio para aficionados y no para quienes van a pastorearse a la Plaza México.

Lo vi. Y fue una sorpresa observar a decenas de personas –cuantos lo descubrieron-, solicitarle la clásica “selfie” con él quien acudió gustoso. Luego vendrían los gritos:

--Soy Fifí y usted fue mi candidato –se escuchó por las localidades de sombra-.

Y, después, por aquí y por allá vinieron similares expresiones:

--Meade... yo voté por ti.

De pronto surgió una ovación pareja para él que agradeció medio levantándose. Y debo anotar que, a diferencia de otros personajes de la vida pública-, no fue motivo para un SOLO SILBIDO. Un caso verdaderamente extraño en un coso caracterizado por los desfogues y su pluralidad.

¿Será que los rencores estarán revirtiéndose? Cabría preguntar por qué. Por mi parte, recojo lo que atestigüé no sin asombro. Tómenlo en cuenta Andrés y la inmensa mayoría que lo sigue.

loretdemola.rafael@yahoo.com