Predadores Nacionales

Quien sirve a dos Amos

Con una constancia que sólo puede entenderse por la proclividad de los consejeros presidenciales hacia el uso de bots y youtubers improvisados como periodistas con la condición de no dejar de adular a la 4T, insisten los voceros de las alturas que cuantos cuestionamos a AMLO somos, por decir lo menos, “prianistas”, esto es servidores de la mancuerna un tanto absurda ideológicamente entre los dos partidos que han detentado el poder presidencial en el presente milenio con resultados deplorables, tan malos que fueron aliento para el surgimiento de una tercera opción, la actual.

En mi caso, ya lo he expuesto, desde 1976 comencé a escribir libros críticos contra Echeverría y luego me seguí con López Portillo, De la Madrid –fui el primero en cuestionar a un mandatario en ejercicio-, Salinas –“Los Escándalos” ha sido uno de los best-sellers de mayor venta en el país-, Zedillo, Fox –“Marta” levantó enorme polvareda-, Calderón y, desde luego Peña a quien dediqué cuatro: “Despeñadero”, “Empeñados”, “Peñasco” e “Hijos de Perra”. Por sus títulos los conocereís.

Y si a esas vamos hagamos una comparación entre el llamado “AMLO” –no utilizo ni el peje ni al lagarto-, y sus predecesores:

--Ha sido más irresponsable que Echeverría al elevar la deuda pública y tener casi sin liquidez a su administración.

--Sin duda superó a López Portillo en cuanto al disfrazado tratamiento a las multinacionales y solo le falta ganarle, por un pie, en el tema de las estatizaciones.

--La mediocridad del señor De la Madrid puede acreditarse con mayor fuerza ahora con sus tartamudeos y la ausencia de explicaciones serias sobre el mal trato a la prensa independiente.

--En materia de perversidad, el rencor del actual mandante-mandatario es bastante peor a las venganzas de Salinas y su troupé de hermanos incómodos.

--Es más entreguista que Zedillo, con la doble moral de jugar doble con Washington mientras adquiere helicópteros militares de Rusia.

--Si hablamos de Fox, nadie ha resultado más parlanchín y grotescamente justificador de sus actos como Andrés.

--De Calderón se burló porque le quedaba la casaca militar grande; pero López está atrapado por su extrema militarización, mucho mayor al despliegue de los tiempos de Felipe, con su Guardia Nacional reforzada y, al mismo tiempo, acosada por el narcotráfico.

--Finalmente, respecto a Peña no hay quien superé a Andrés en materia de errores elementales de ubicación e históricos pese a las carcajadas que producen sus confusiones. No parece saber en dónde está parado.

Para qué queremos destapes de sus presuntas cartas presidenciables si sabemos ya cuál es el fondo de su estrategia: eliminarlos tempranos a todos ellos para aparecer como indispensable. Qué el cielo –aún el de los ateos y agnósticos- no lo permita.

La Anécdota

¿Cómo calificará la historia a López Obrador en cuanto a los torpes vaivenes de su política exterior? ¿Para qué meter la cuchara en los conflictos de cubanos y venezolanos cansados de la permanencia de regímenes que, como el de Andrés, no ha solucionado los problemas sociales elementales? Ha pretendido, como dice el dicho, quedar bien con Dios y con el diablo y ha hecho un penoso papel al apoyar a dos Luzbeles sin congruencia alguna.

Por cierto, Fidel Castro comenzó a desafiar al imperio norteamericano armándose con pertrechos de la entonces Unión Soviética, al igual que AMLO hace hoy adquiriendo armamento y helicópteros rusos a cambio, quizá, de contar con algunas vacunas por su falta de previsión. Es, nada más, un gran hipócrita.

AMLO ya perdió su juego.

loretdemola.rafael@yahoo.com