Se burlan del dopaje en la Liga MX

La historia es de terror. No por el doping de Víctor Guzmán, sino por la pobreza organizativa de la Liga MX en este tipo de casos. Tardarse cinco meses para saber los resultados de un control antidopaje es una burla, un atentado contra la inteligencia de todos los seguidores al futbol.

La brillante idea de cerrar el laboratorio avalado por la WADA (Agencia Mundial Antidopaje, por sus siglas en inglés), ubicado en la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), llevó a los federativos mexicanos a mandar los resultados de las pruebas a un laboratorio en Cuba; sí... ¡A Cuba! Donde —según lo que se informó aye—r, se tardaron del 10 de agosto de 2019 al 9 de enero de 2020 en procesar los resultados, algo realmente ridículo, cuando en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), en un laboratorio mucho más moderno, funcional y avalado oficialmente por la WADA también, tardan entre tres y cuatro semanas en entregar el resultado. Entonces, ¿por qué a Cuba?

Chivas tiene razón en romper la negociación con Pachuca, equipo al que le iban a pagar 12 millones de dólares por regresar al llamado Pocho al equipo donde nació futbolísticamente. Suficiente razón tiene Amaury Vergara para no querer saber nada de este tema. Al final, los engañaron vilmente, con extrema bajeza. Las épocas de amistad entre estos dos equipos seguramente se deterioraron, ya no confiarán entre ellos, porque les intentaron “ver la cara”.

Casi lo consiguen, con un futbolista que era considerado el refuerzo angular en el nuevo proyecto encabezado por Ricardo Peláez.

Guzmán publicó en su cuenta de Instagram que está seguro que, al solicitar el análisis de la muestra B, se demostrará que todo fue un error y así poder continuar con su carrera deportiva. Si los resultados tardarán otros cinco meses en conocerse, como fueron con los primeros, está en más problemas. No hay manera de que participe con Pachuca en este torneo, además de que —seguramente— no lo registraron, debido a que estaba ya vendido a Chivas. Lo único que le ayuda es que no jugó minuto alguno con el Guadalajara, por lo que puede realizarse el trámite para que quede inscrito con los Tuzos.

Pero la realidad es que se llevará un castigo de dos años sin poder jugar al futbol. Claro que negociarán desde las oficinas de Jesús Martínez para intentar reducirle el castigo, pero eso ya es otro tema.

Víctor Guzmán estaba fuera del Guadalajara desde la semana pasada, desde que recibieron la noticia que se juntó con otros actos de indisciplina, como ha trascendido. De por sí ya no tenía la mejor imagen posible, pero esto rebasó todo el límite para la directiva, que ayer por la tarde hizo oficial que ya no forma parte de un equipo que lo veía como solución, pero terminó como un problema que ya quieren olvidar.

Guzmán y la afición de Chivas no cumplirán el sueño de verlo jugar con esa camiseta, pero es lo justo después de lo sucedido con un caso muy serio, aunque muchos de los involucrados parecen haberse burlado.

@gvlo2008