Todo buen vecino prioriza la protección de sus vecinos y la de su vecindario. Lo mismo debería aplicarse entre países.

Si bien, aunque los E.U., México y Canadá tienen sus diferencias, tenemos mucho más en común a través del hemisferio. Abundan las oportunidades para compartir prosperidad con un enfoque común en seguridad, comercio, salud y la calidad de vida de nuestros los ciudadanos.

La mejor manera de generar prosperidad no proviene de los programas gubernamentales o de la implementación de regulaciones que sofocan las posibilidades del emprendimiento en nuestros países; sino de la creación de mercados libres y justos para todos. Hoy tenemos líderes en los Estados Unidos, México y Canadá que quieren comercio libre, justo y equitativo entre vecinos y que han tomado medidas definitivas para balancear las relaciones comerciales entre nuestros países.

El pueblo mexicano y sus líderes deberían sentirse orgullosos de su ratificación del T-MEC en el pasado mes de julio, que reemplaza al TLCAN (o NAFTA por sus siglas en inglés). Aunque hay algunos temas en los cuales nuestros países no están de acuerdo, el aumentar comercio por el bien de nuestros ciudadanos y vecinos no es uno de ellos.

Por otro lado, Washington aún no ha ratificado este tratado. Ojalá los demócratas actúen, este otoño, y finalmente lo aprueben.

Como el presidente Trump y el vicepresidente Pence han dicho, el T-MEC (o USMCA en inglés) ayudará a prosperar a millones de personas, familias y empresas en ambos lados de nuestras fronteras.

Este tratado ofrece las garantías necesarias para crear más empleos, proteger y mejorar la propiedad intelectual de cada país e incrementar el comercio de manera justa. Más allá de esto, protege no solo a los trabajadores de los tres países, sino también al medio ambiente.

La implementación de T-MEC representa $611 mil millones en comercio anual entre los Estados Unidos y México. Una vez que el T-MEC sea ratificado por el Congreso Estadounidense, se espera que el comercio aumente significativamente cada año, lo que representa más empleos y prosperidad para los ciudadanos de ambos países. Compartimos mucho más que una frontera. Compartimos comercio, historia, y cultura en la misma. El T-MEC fortalecerá estos lazos.

El momento de ratificar este tratado es ahora.

Como he mencionado en varias ocasiones, la agenda del Presidente Trump “América First” no significa América sola. Lo que sucede entre gobiernos afecta directamente a las personas, y con el T-MEC tenemos una oportunidad clave para avanzar y unirnos más como vecinos.

T-MEC es una oportunidad para lograr una prosperidad compartida. ¡Avancemos juntos por el bien de todos!