Alerta: Epidemia de Dengue en Centro y Sudamérica

Mientras las autoridades de la Secretaría de Salud de México y Chiapas, siguen enfrascadas en su discurso interminable, por ignorancia e incapacidad, para la implantación de un “blindaje sanitario” en la Frontera Sur con Centroamérica, en Honduras, de donde han partido desde hace 11 meses la mayoría de los más de 500 mil migrantes hacia territorio nacional y Estados Unidos, se enfrenta en 2019, la peor epidemia de Dengue, hasta ahora registrada, con 71 mil casos y 128 muertes de la variedad hemorrágica, por lo que se ha decretado una emergencia nacional.

Desde el pasado mes de julio, junto con Nicaragua, Guatemala, El Salvador y Belice, los hondureños mantienen una situación de alerta ante la epidemia del Dengue, por la alarmante propagación del virus, que les ha llevado a pedir ayuda financiera internacional para combatirla.

Aquí, insistimos, a pesar del alto riesgo infeccioso predominante en la vecindad al sur del Río Suchiate, el tema sigue siendo objeto de un lento y absurdo análisis de escritorio, menospreciando la amenaza que enfrentan los más de un millón y medio de chiapanecos de los municipios colindantes con el Istmo continental, que se mantienen en absoluto estado de indefensión, frente a la inexistencia de campañas preventivas eficaces por los absurdos recortes de presupuestos federales.

Casi un año de un tránsito sin ningún tipo de control sobre el estado de salud, como tampoco de su origen, sexos y edades, de los migrantes invasores, que ha transformado la paz social y convertida en caótica la convivencia humana, al pasar de un beneplácito y total apoyo federal para su desplazamiento a la Frontera Norte, al rechazo, engaño y contención forzada por Corporaciones militares y civiles armadas.

Inquietud entre la población por la multitudinaria presencia interracial, que amenaza su ambiente medianamente saludable. Un soberbio y apático secretario de Salud federal, Jorge Alcocer Varela, acostumbrado a minimizar los graves que enfrentan los niños con cáncer, a quienes ha dicho que la falta de medicamentos para esta terrible enfermedad, no representa ninguna urgencia ni peligro para quienes padecen el mal, como tampoco la compleja situación sanitaria en la Frontera Sur.

Un problema que ha adquirido niveles alarmantes en América Central, donde sus autoridades se muestran incapaces para contenerlo, debido la crisis de empobrecimiento que enfrenta la Región, en medio de violencia, inseguridad, baja inversión nacional y extranjera, así como el  desplome de su producción agrícola por prolongada sequía, que empieza de nuevo a empujar a su gente a la decisión inminente del éxodo masivo, que vendrá a empeorar las condiciones generales adversas que imperan en la Región Soconusco de Chiapas.

Desbordamiento de esta enfermedad, hasta llegar a la dimensión latinoamericana y caribeña, en la que la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ha registrado en lo que va de 2019, más de dos millones de casos de infectados por el virus que se transmite por la picadura del mosco Aedes Aegypti, al mutar en cuatro versiones distintas, vector que exportador también de Chikungunya y Zika. Se estima que al concluir el año, el número de enfermos podría rebasar los dos y medio millones.

Declaración de la OPS, este lunes 9 de septiembre, de los avances del Dengue como una amenaza para la salud pública internacional, en la que considera a Brasil y Colombia, como los países más afectados en América del Sur, de los cuales el primero es el que más ha notificado un mayor número de infectados, con un total de un millón 345 mil 994 personas, en tanto Guatemala se distingue por ser de mayor porcentaje de mortalidad, pues el 0,32 por ciento de los diagnosticados ha fallecido.

Cifras del organismo Regional en materia de salud, dependiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que hasta el último día de agosto sumaría dos millones 29 mil 342 enfermos de Dengue. Brote que ha impactado especialmente a los países centroamericanos, al experimentar un período más caluroso. No obstante, el pronóstico es de un aumento en la Región Sur del continente, al arribo de las temporadas de primavera y verano.

Los expertos de la Organización Panamericana de la Salud, consideran que la epidemia del dengue en América Latina está muy relacionada con el desarrollo de los países, pero sobre todo con las condiciones de miseria en las que están inmersos sus pueblos, afectados por los daños a la ecología, desabasto de agua e inadecuado control de la basura, que hacen que se propague el insecto transmisor. El impacto del cambio climático en el desarrollo de la enfermedad es determinante, ya que al elevarse la temperatura y de la humedad, favorecen la cría de los moscos.

Advertencia de que los niños, los ancianos y las personas que padecen algún tipo de padecimientos crónicos, son quienes tiene mayor riesgo de sufrir complicaciones graves de salud al contraer el Dengue y de ahí la importancia de que acudan al médico, al menor síntoma de fiebre, dolor de cabeza intenso, náuseas, vómitos o dolores abdominales. Un padecimiento que en cuestión de dos o tres días evoluciona a un nivel de gravedad peligroso que llega a causar la muerte.

El exhorto a los países miembros de la OPS, para que mantengan una estrategia de gestión integrada, que no solamente contemple medidas sanitarias, sino también de prevención, como la fumigación para la eliminación de larvas del insecto, al igual que de los recipientes con agua donde los moscos depositan sus huevos para reproducirse.

De lo que no hay duda, es que el Dengue es un riesgo muy elevado para la salud de todos los pueblos de Latinoamérica. El mejor ejemplo de ello es Honduras, donde la gran cantidad de enfermos ha colapsado los servicios de hospitales públicos e incluso privados, seguido de Nicaragua.

Generalmente, lo que no se dice en las campañas para combatir al vector, es que éste puede transmitir el dengue y está enfermedad causar la muerte a quien la padezca. Se estima que el 80 por ciento de los criaderos de los zancudos están en las viviendas, por lo que es en este sector donde deben enfocarse los esfuerzos para lograr mayor eficacia en su destrucción.

Un recorrido por el mundo, nos permite precisar que la incidencia del Dengue es alta, especialmente en amplias áreas del Continente Asiático. En la temporada de lluvia de junio a agosto ha repuntado, como ocurre en Myanmar (Birmania), una nación de 51 millones de habitantes, con nivel de ingresos de medio a bajo, donde en este 2019 se han notificado más de 10 mil casos y 48 fallecimientos, en contraste con los tres mil 649 enfermos y 187 muertos, en 2018. La población más afectada comprende a niños de cinco a nueve años de edad.

Malasia ha registrado más de 80 mil personas enfermas y 113 muertes en los primeros nueve meses del año actual, establecidas como el doble comparado con 2018, dentro de una población de 30 millones de seres humanos con nivel socioeconómico de ingresos medio-alto.

Con más de 100 millones de habitantes, con ingresos medio-bajo, ha llegado este año a declarar a nivel nacional una declaración de epidemia, por el incremento de casi 100 por ciento en relación al año anterior, al detectarse 150 mil casos y 623 fallecimientos en los primeros siete meses del año.

Sin dar cifras, la Organización Mundial de la Salud califica de registros notables los aumentos de la incidencia del Dengue en China, Bangladesh, Camboya, Laos, Singapur, Vietnam y Australia.

En lo concerniente a las afectaciones en la salud de los europeos, se establece que en 2018, en el viejo continente se contabilizaron únicamente nueve casos, tres en España y seis en Francia, con la presunción de haber sido importados. En 2019, no se tiene noticias de brote alguno.

De nuevo en nuestra realidad, por supuesto radicalmente distinta a la de los países desarrollados, nos lleva a volver la vista a la siempre problemática Región Centroamericana, con efectos por demás nocivos para la Frontera Sur de México, convertida en una Zona de riesgo ya demasiada peligrosa por todos los factores de menosprecio federal, que adelantan el estallido de una crisis sanitaria sin precedente.

Ninguna entidad del país, solo Chiapas, es paso permanente de migrantes de más de media centena de naciones, que si no vienen enfermos, se contagian de todos los males habidos en el Istmo Latinoamericano, por los descuidos de sus gobiernos en la atención de enfermedades que han sido erradicadas en México.

El Dengue es una de ellas, que volvería a reactivarse en 1978, con efectos tan graves, que ahora se reconocen al existir brotes de la enfermedad en todo el territorio nacional.

Seguir hablando de la creación de un “blindaje sanitario” en la colindancia con América Central, como también lo ha reiterado el secretario de Salud del gobierno estatal, el tabasqueño José Manuel Cruz Castellanos, es seguir incurriendo en la falsedad más grandes, como autoridades incapaces e indolentes, que sin conocer la realidad y la problemática, externan ideas y proyectos sin ningún sustento, en una Frontera en la que jamás podrá haber límites, porque todo es imaginario, no obstante estar plasmado en un mapa de la geografía binacional.

Se requiere mayor sentido de responsabilidad y de coherencia entre lo que se dice y se hace, dentro de los gobiernos de la República y de Chiapas, que establecen como prioridad en el ejercicio del trabajo de sus funcionarios, bajo la consigna de poseer un 99 por ciento de honestidad y el uno por ciento de capacidad.

Es aquí donde continuar con este tipo de ideas, llevará cualquier propósito al fracaso, pues para combatir a fondo esta epidemia continental, se requiere capacidad y experiencia, dejando en mano de los responsables de la hacienda pública la aplicación de los recursos necesarios, marcando pautas claras para su ejercicio con honestidad, para evitar las desviaciones que han caracterizado la labor gubernamental

de todos los niveles.

Sobra decir que si la Administración de Andrés Manuel López Obrador, continúa en su estrategia de dar prioridad al factor migratorio en función de los poderosos intereses estadounidenses y no de las vidas y salud de los chiapanecos-mexicanos en la Frontera Sur, desde ahora se puede anticipar que el saldo será por demás negativo en el corto plazo.

El Dengue es una amenaza para todos los 130 millones de habitantes, de un país que reclama con todo derecho, más resultados que discursos mañaneros contradictorios, que diezman la esperanza de un cambio cada vez difícil de entender, al parecer más de lo mismo, como una continuidad de lo que ya no se quiere.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.