Coronavirus, la Pandemia que viene

El martes 4 de febrero último, a las 9 de la mañana arribaron más de 100 turistas de origen chino, juntos con varios cientos más de visitantes de diversas nacionalidades, al Parque Central de la segunda ciudad más importante de Chiapas y de la Frontera Sur de México, Tapachula.

Una hora antes, habían descendido del crucero “Insignia”, propiedad de la Naviera Oceanía Cruises, procedentes de Acapulco, Guerrero, para hacer escala en Puerto Chiapas, antes de continuar hacia  la terminar portuaria de Quetzal Guatemala, en ruta hacia Miami, Florida.

No obstante la alerta internacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a los países miembros como México, de dar seguimiento y extremar precauciones ante el grave problema de salud derivado de la epidemia de “Coronavirus”, registrada en los días finales de diciembre de 2019, en la provincia de Wuhan, en la República Popular China, ninguna brigada médica de las Secretarías de Salud (SSA), federal y estatal, estuvo presente en el muelle principal de la terminal portuaria de la Región Soconusco, para acatar la recomendación del organismo internacional, perteneciente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Como cada año, centenas de miles de asiáticos de la República Popular China (comunista), y de Taiwan (capitalista), viajan por todo el mundo para festejar las festividades del nuevo año, esta vez dedicado a la Rata, pero que dado el surgimiento e incremento de la epidemia, disminuyeron radicalmente sus paseos por el extranjero, para impedir su propagación.

Pero por lo visto en la colindancia con Centroamérica, no todos han obedecido la orden del gobierno del primer ministro Xi Jinping, y vacacionan libremente y sin ninguna protección por todos los rumbos del planeta.

Y aunque desde las capitales del país y de Chiapas, los titulares de la SSA, responsables de la protección sanitaria de 130 millones de mexicanos, que incluyen 5.5 millones de chiapanecos, han reiterado haber establecido como medida preventiva, un “férreo blindaje” para evitar riesgos a la salud de la población nacional.

Ello resulta totalmente falso, al ser evidenciada su apatía y por lo mismo irresponsabilidad, nuevamente el domingo 16 de febrero, con la llegada a los muelles de Puerto Chiapas, del gigantesco crucero “Oosterdam”, trayendo a bordo un número no determinado de chinos, de los cuales poco más de 100 abandonarían sus camarotes, y bajarían, junto con cientos de turistas de nacionalidades múltiples, para recorrer el centro histórico de Tapachula, mezclándose con la población, sin ningún tipo de protección.

En las dos ocasiones, los turistas provenientes de China, permanecieron en tierra firme 12 horas, sin que ninguna autoridad médica gubernamental se percatara, a pesar de las advertencias de riesgo provenientes de los expertos de la OMS, emitidas el pasado 31de enero.

Una Organización Mundial de la Salud que ocho días después, este lunes 24 de febrero, lanza su petición a los 194 gobiernos de los países asociados en cinco continentes, que se preparen para una “potencial pandemia”, por el avance hasta ahora imparable del “Coronavirus”, un nuevo tipo de neumonía que ha provocado el fallecimiento de dos mil 596 personas en China y 30 en otros países.

La mayoría de las víctimas de la enfermedad han sido habitantes del foco de la epidemia, la ciudad de Wuhan, en la provincia de Hubei (90 por ciento), donde el número de afectados suma 79 mil 528 casos confirmados oficialmente.

Habrá que recordar que a pesar de la censura del gobierno de la República Popular China, al reducido grupo de médicos de Wuhan, que detectaría lo que ahora constituye un alto riesgo de pandemia, se lograría saber que en los primeros días de enero se notificarían los primeros enfermos por la nueva cepa de “Coronavirus”. En la segunda semana del primer mes de 2020, confirmarían la primera víctima mortal.

Filipinas informaría el 2 de febrero al mundo, el registro del primer fallecimiento en su territorio, fuera del gigante asiático, mientras que en Corea del Sur, siete infectados han muerto a la fecha, agregándose más de 800 enfermos.

A menos de dos meses de su descubrimiento, el “Coronavirus” está presente con personas infectadas en Estados Unidos, Rusia, Canadá, Japón, Taiwan, Italia, Israel, Alemania, India, Filipinas, Corea del Sur, Iraq, Nepal, Camboya, Sri Lanka, Vietnam, Australia, Malasia, Tailandia, Irán, Singapur, Egipto, Líbano, Francia, España y Reino Unido, Bélgica, Malasia, Kuwait, Baréin, Emiratos Arabes Unidos, Omán, Afganistán, Austria, Suecia, Croacia y Suiza.

Señales intensas de preocupación en el seno de la OMS, al surgir en la cuarta semana de febrero, la advertencia de su director general, Tedros Adhanom, en cuanto a que “tenemos que hacer todo lo posible para prepararnos para una potencial pandemia. Es probable que lo que es hoy por hoy una epidemia de “Covid-19”, causada por el “Coronavirus” de Wuhan, se convierta en algo mayor”.

Amalgama de voces a alarma, en la que se suma la del director del Programa de Emergencias del organismo internacional, Michael Ryan, en el sentido de que “no podemos paralizar el mundo y no es realista decir que se puede parar la transmisión entre países. Probablemente habrá epidemia en varios, pero se pueden contener”. 

Situación de amenaza radical mundial, en el muy corto plazo, al pasar de la esperanza y confianza de que los casos de enfermos se podrían contener en China, al surgimiento de brotes descontrolados en Italia, Corea del Sur e Irán.

Surgimiento de recomendaciones, para que cada país haga lo propio para evitar en lo posible la expansión del virus, mediante planes de contención de riesgo, especialmente dirigidos a proteger a los trabajadores de las instituciones de Salud, así como dando prioridad a las personas mayores y con patologías vinculadas, pues el 80 por ciento de los decesos se ha producido en este segmento de la población.

Una amenaza que hasta ahora no ha llegado a afectar a los habitantes de las naciones más pobres, consideradas por los expertos de la OMS, como los más vulnerables, ya que una epidemia causaría estragos catastróficos, como podría ocurrir en México, considerando que más de la mitad de su población vive en la pobreza, con sectores del medio rural en niveles extremos, tal y como ocurre en Chiapas, el estado más pobre del país.

Situación de miseria en la mayor parte de la población indígena chiapaneca, (una tercera parte de los 5.5 millones), con niveles alarmantes de hambruna, que obligó al gobierno de Enrique Peña Nieto, dar inicio en 2013, en la Región de Los Altos, a la Cruzada Nacional Contra el Hambre, que siete años después prácticamente ha sido desmantelada, sin que antes se haya llevado a cabo una evaluación objetiva de sus resultados.

Para fortuna nuestra, a casi dos meses del brote en China, desde la perspectiva oficial no se tiene conocimiento de un solo caso de enfermos de neumonía por el nuevo “Coronavirus”, tal vez por la ya de por sí permanente indiferencia de las autoridades de Salud, que desconocen las condiciones climáticas de fríos extremos que enfrentan los diferentes grupos étnicos chiapanecos, donde los servicios de atención médica son deficientes.

Se tiene conocimiento, de que en las sesiones de los especialistas internacionales, se desconoce qué va a pasar con el novedoso virus, ya sea que si se va a interceptar a tiempo, a convertirse en una enfermedad estacional o en una pandemia global que amenace a toda la humanidad, lo que aún no ocurre.

Referencias a la experiencia de las pandemias de gripe, que se conocen en su comportamiento y el número de afectados en diversos años, así como su patrón de contagio, que en el caso del “Coronavirus” se ignora, como actualmente es posible corroborar en China, donde se registra una baja importante de infecciones, contraria a una lógica pandémica, en tanto crece significativamente en Corea del Sur.

Señalamiento específico a la pandemia del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), que a pesar de que esta enfermedad la padezca un pequeño porcentaje de la población, está vigente en todos los rincones del planeta.

Reporte de la visita a la ciudad de Wuhan, de un grupo de expertos de la OMS, que asegura que en esa Región de China, no se ha descontrolado la epidemia, una vez que se ha superado la etapa inicial de saturación de sus centros hospitalarios, que hizo inviable la atención adecuada de los enfermos y se diera como consecuencia una elevada mortalidad.

Complicación que tendría su origen al enfrentar sus equipos médicos, una epidemia con un patógeno desconocido, que aumentarían la gravedad de los casos, aunado al hecho de no saber en la detección de los primeros, la mejor forma de brindar los tratamientos correctos.

Hoy, se precisa que fuera del territorio chino, hay muchas menos infecciones, por lo que en principio se puede dedicar una mayor atención, al detectarse de manera preventiva, lo cual resulta determinante en el descenso de la mortalidad.

Ha quedado claro que  la secuencia genética del “Coronavirus” se mantiene estable, y por lo mismo se tiene conocimiento de que el tiempo de recuperación de un enfermo leve ocurre en dos semanas, mientras que entre tres y seis los más complicados. Pese a su alto impacto de afectados, solamente han fallecido en Wuhan, de dos a cuatro por ciento del total, y en otros países, el 0.7 por ciento.

Presencia de los investigadores en China, que ha permitido de igual forma concluir, que en el principio del problema, se tenía la certeza de que este nuevo virus no se podía transmitir entre humanos, hoy se ha descubierto que ello es posible, por lo que también se avanza en los estudios que determinen los riesgos de que una persona asintomática pueda transmitir la enfermedad, además de indagar más sobre los períodos de incubación, pues hasta la fecha en mayor porcentaje

no van más allá de las dos semanas, aunque se tiene conocimiento de que puede ser demás tiempo.

En la escala de riesgo internacional, Italia se ha colocado en la tercera posición, después de China y Corea del Sur, al acumular siete fallecimientos y 276 contagios, lo que mantiene al país en una psicosis de aislamiento, en la que el pánico se apodera de ciudades enteras como Milán y Turín, al agotar la existencia de productos en los supermercados.

Alerta general en los aeropuertos de Europa, donde los viajeros procedentes de Italia son sometidos a exámenes de temperatura, para detectar posibles riesgos de contagio. Las autoridades sanitarias italianas, mantienen confinadas a 50 mil habitantes, que se ubican en los focos de contagio que incluyen los 10 municipios de Lombardía y uno de Véneto, donde el ejército y la policía mantienen custodia sobre los controles de acceso, al grado de impedir salidas y entradas.

Medidas gubernamentales radicales para evitar un mayor número de personas infectadas, se traducen en la suspensión del histórico Carnaval de Venecia, mientras en el resto del país, se registran cancelaciones de decenas de miles de turistas extranjeros y se amplían los mecanismos de atención sanitaria por los contagios, a las Regiones de Lacio, Emilia Romaña y Piamonte.              

Es la historia de un mundo cada vez más incierto gradualmente destruido por la mano del hombre.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.