“Retorno a la Normalidad”

Preocupante para un país como el nuestro, que tiene su brújula sin rumbo firme, que el capitán de la nave asuma conductas nada prudentes ante la grave amenaza del nuevo Coronavirus, que se cierne sobre 150 millones de mexicanos, considerada ya como una enfermedad cada vez más letal, que este miércoles 27 de mayo cobró la factura de ocho mil 597 muertos y 78 mil 23 contagiados, a los que se agregan 33 mil 566 sospechosos de estar afectados.

En los días en que la Organización Mundial de la Salud advierte a los 194 gobiernos asociados de los cinco continentes, que el primer oleaje de la pandemia ni siquiera ha llegado a la mitad, en los más de 160 países de la pandemia, con un saldo mortal de cinco millones 600 mil decesos y 353 mil infectados, de ellos 100 mil 47 muertos y un millón 695 mil 776 contagiados en Estados Unidos, la nación que mantiene el liderazgo internacional, en México desde Palacio Nacional se continúa con la estrategia bastante desgastada, de recurrir a elementos distractores para generar polémica.

Continuación del protagonismo exacerbado del Presidente Andrés Manuel López Obrador, al anunciar en su conferencia mañanera, que reiniciará sus giras por la provincia, a partir del martes 1 de junio, para dar el banderazo de su estrategia, cual decreto, de “retorno a la nueva normalidad”.

Ocurre en el segundo día consecutivo de mayo, en que la Secretaría de Salud federal, informa del registro máximo de casos del COVID-19, y en el que el subsecretario Hugo López Gatell, reitera el desacato del gobierno de México a la OMS, de someterse a la recomendación de realizar en el territorio nacional más pruebas para tener un conocimiento más aproximado de la problemática.

Cual si fuera dueño de la vida, salud y patrimonio hacendario de los mexicanos, el funcionario declara que aplicar exámenes para detectar Coronavirus entre la población nacional, “sería un desperdicio de tiempo, de esfuerzo  y recursos ante el tamaño de la pandemia en México”.

En tono despectivo, López-Gatell subrayaría: “No nos interesa porque es inútil, costoso e inviable, realizar una prueba a cada una de las personas del país”.     

Todo ocurre el mismo día miércoles 27 de mayo, en que también un numeroso grupo de padres de niños con cáncer, daría comienzo a una huelga de hambre-plantón, en la que participan nueve menores de edad, en el acceso principal de la Secretaría de Salud federal (SSA), para protestar por enésima vez, ante la falta de medicamentos que requieren urgentemente sus pequeños enfermos, en las instituciones del Sector Salud.

Decididos a todo, los inconformes, provenientes de diferentes partes de la república, informaron que no se retirarán del lugar hasta ser recibidos y encontrar una respuesta definitiva a sus justas demandas, por parte del secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, quien solamente se ha concretado a prometer el abasto de las medicinas, sin que haya cumplido su palabra.

Muy atrás el compromiso del propio Primer Mandatario de cumplir con las peticiones de apoyo, a quienes incluso han acudido a las puertas de Palacio Nacional, a expresar su inconformidad, realizando igualmente bloqueos en las instalaciones del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la capital nacional, sin los resultados esperados y con la desesperante continuación de los fallecimientos, por falta de los insumos médicos para los tratamientos de los diversos tipos de cáncer.

Una “vuelta a la normalidad” que únicamente el Jefe de la Nación observa en el final de su túnel personal, mientras el incremento de los casos derivados del COVID-19, se dispara a la alza sin misericordia, invalidando el discurso triunfalista de la minoría que ejerce el poder en el territorio nacional y que comulga con los propósitos Presidenciales.

Argumentos que Andrés Manuel esgrime sin convencer, el hombre de la casa palaciega del ex inquilino Benito Juárez, cuando asegura que “vamos a entrar a una etapa nueva. Se va a explicar esto el jueves por la noche, y el viernes se va a presentarla propuesta para la etapa que sigue, porque estamos por terminar lo que se ha denominado la sana distancia, pero eso no significa que se va a abandonar la protección, el cuidado ante la pandemia”.

Sin embargo, el Presidente de la República no cubre el requisito para hablar del tema, desde el momento en que personalmente ha menospreciado las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y de sus propios colaboradores de la SSA, al no utilizar cubrebocas, una vez que el subsecretario López-Gatell le atribuyera dones extraordinarios-divinos, que le protegen y evitan ser afectado por el COVID-19.

Un programa de medidas a poner en práctica, que incluye “los lineamientos generales en materia de educación, de las posibilidades del regreso a clases, todo como recomendación de carácter normativo a partir de la recomendación sanitaria, sin que sea de aplicación obligatoria. Esto tiene que acordarse con los estados, con municipios, con  maestros, con padres de familia, tiene que ser por consenso, pero si tiene que haber lineamientos generales, que eso es lo que se va a dar a conocer por el secretario de Educación Pública”.

Rubro el de la educación, que mostraría uno de sus más grandes fracasos en el ámbito de la formación pública durante la cuarentena, al tratar de dar seguimiento a las clases, mediante internet y percatarse que un porcentaje alto del alumnado carece de una computadora o de internet en su hogar, por lo que se imposibilitaría el cumplimiento del propósito, además de que, en el caso de los que pudieron hacerlo, provocarían aglomeraciones en los negocios de renta de equipos, pasando por alto la llamada sana distancia, incrementando las posibilidades de contagio.

Todo un proyecto de Andrés Manuel, para apoyar la causa electorera de su colega Donald Trump, urgido de levantar cabeza con motivo de los comicios del próximo noviembre en que participará para reelegirse por cuatro años más, que tiene como objetivo central, no el cuidado de la salud de millones de gobernados, sino de la economía del vecino y la propia, considerando que en 2021, se juega el futuro de su Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), en el Poder Legislativo.

El viernes 29, dará a conocer todas actividades que se llevarán  a cabo “para ir entrando a la nueva normalidad, lo que ya está permitido en su fase de preparación: la industria de la construcción, la industria automotriz, lo que corresponde a las actividades esenciales, se abre también a la actividad minera. Ahí vamos con mucho cuidado”.

Vuelta a la vuelta para llegar al terreno de sus dos principales santuarios de inversión en Sureste Mexicano, al informar que el martes 1 de junio, viajará por la vía aérea, de la ciudad de México a Cancún, donde encabezará de seis a siete de la mañana, la reunión de seguridad y luego en la siguiente hora, la conferencia de prensa mañanera.

Encarrilado, más tarde dará con su comitiva, el banderazo para el inicio del primer tramo del Tren Maya, en la ruta Cancún-Valladolid, que tendrá como atractivos adicionales Playa del Carmen y Holbox.

Miércoles de trabajo en Mérida, donde los casos de decesos y contagiados por el Coronavirus siguen a la alza y sin control, con su cotidiana evaluación de seguridad y conferencia de prensa, para completar la jornada con la ceremonia de puesta en marcha del segundo tramo del circuito ferroviario Maya de Mérida a Campeche.

Tercer día en Campeche, con igual protocolo matutino, para llevar a cabo banderazos en Escárcega y más tarde en Palenque, que globalmente integran la Ruta Maya que abarca de Palenque a Cancún, en la que los estados menos beneficiados serán Chiapas y Tabasco.

Viernes en Villahermosa, con la agenda de dos reuniones matutinas y al mediodía la reunión de evaluación de los trabajos de la nueva Refinería de Dos Bocas, para viajar posteriormente a Coatzacoalcos, donde el sábado estará en las instalaciones de Petróleos Mexicanos conocidas como La Cangrejera y de ahí a la refinería de Minatitlán. López Obrador estará el domingo en Sayula, para dar el banderazo del inicio de los trabajos de rehabilitación de la vía del Tren del Istmo y de ahí regresar por la noche a la capital del país.

Otra vez los reflectores desde los escenarios de la provincia de un Presidente de la República que sigue retando a una no sólo peligrosa, sino letal enfermedad provocada por el COVID-19, que no ha bajado la guardia, sino al contrario, en una gira, en la que será posible observar cómo Andrés Manuel mantendrá su resistencia a usar cubreboca en público.

Una mal ejemplo que cunde, como desde este espacio de la Frontera Sur se ha reiterado, lo cual motiva el desacato generalizado de la población que ante “la vuelta a la normalidad” radicalizará más su oposición a protegerse, dudando incluso que la nueva modalidad del coronavirus exista.

Tan existe, que dada su gravedad, los gobiernos de por lo menos 69 naciones del mundo afectados por la pandemia, han dejado de vacunar a por lo menos 80 millones de niños menores de un año, por lo que corren el alto riesgo de contraer enfermedades como el sarampión, la poliomielitis y la difteria.

Llamado urgente de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia y la Niñez (UNICEF), para prestar los servicios sistemáticos de inmunización en condiciones de seguridad y continuar con las campañas de vacunación contra enfermedades mortales que se pueden evitar con vacunas.

Reunión urgente de los organismos internacionales de la ONU, el próximo 4 de junio, en la Cumbre Mundial sobre las Vacunas, para tratar de mantener los programas de inmunización y mitigar el impacto de la pandemia sobre los países de bajos ingresos.  

Complicaciones que encienden los focos de alerta para evitar a tiempo males mayores, que podrían derrumbar décadas de esfuerzos

permanentes a favor de los niños del planeta, que han sido librados de la muerte y que ahora de nuevo corren peligro.

Hasta ahora, todos los esfuerzos de “vuelta a la normalidad” siguen fracasando en todos los países europeos y Estados Unidos, donde la urgencia por reactivar sus economías, les está llevando a cometer errores que se traducen en exceso de confianza de la población, que repercute el surgimiento de nuevos brotes más agresivos del COVID-19.

Los pronósticos de los expertos internaciones de salud, no son buenos tampoco para México, considerando que no se han hecho los esfuerzos necesarios para tener un mayor control de la epidemia, que en lugar de descender en sus estadísticas, tiende a aumentar de manera alarmante.

No hay duda, de que los especialistas sanitarios del mundo, se enfrentan a un enemigo de muchas aristas, que en su mutación permanente desequilibra todo intento por controlarlo. Por lo mismo, y eso es lo grave y no se considera, ni por los gobernantes y menos por la ignorancia de mucha parte de la población nacional, que de no tomarse conciencia y aplicación de un mayor rigor para la protección, tendrá todavía consecuencias preocupantes en el futuro inmediato.

La vida no tiene precio.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.