¿Fiesta sí, clases no?

Escribo en primera persona. Hace poco mi hijo me cuestionó respecto del porqué no había clases presenciales. Le dije, como pude, que la gente, en general tiene miedo, pero particularmente los padres de familia.

Me tundió con una pregunta simple: ¿Por qué las escuelas están cerradas, pero los bares siguen abiertos? No tuve respuesta. Y no tuve respuesta porque no solamente los bares formalmente establecidos están funcionando en medio de una crisis pandémica, ahora en su tercera oleada, sino también las cantinas, los restaurantes (muchos sin las medidas necesarias), el transporte público, se organizan bodas, quince años y hay hasta conciertos programados. ¿Fiesta sí, clases no…?

Necio

Él mismo, Andrés Manuel López Obrador, ha aceptado en más de una ocasión que él es un necio. Cuando algo se le mete entre ceja y ceja, no para en su empeño, hasta conseguirlo. No por nada fue tres veces candidato presidencial.

Este jueves, en el marco de su conferencia mañanera, cuestionó a quienes se oponen al regreso a clases presenciales, con el argumento de que no todos los involucrados en el sector educativo están vacunados.

Puso incluso en el proyector que utiliza en su habitual conferencia matutina, una encuesta realizada vía telefónica en México, en la cual un 62 por ciento mostró oposición a volver a las aulas, presencialmente, a partir del próximo 30 de agosto.

Aún así, y a pesar de que el tabasqueño “machaca” frecuentemente en que nada por la fuerza, sino todo por la razón, aseguró que insistirá en convencer sobre la importancia de volver a las aulas.

“Y yo voy a dar este debate y no importa que la mayoría esté pensando en no regresar, yo voy a sostener que es indispensable que se regrese a clases por el bien de los niños, por el bien de los adolescentes, por el bien de los estudiantes, por el bien de los padres de familia, por el bien de todos, por el bien de la educación, por el bien del desarrollo del país”, afirmó, contundente.

“La escuela es la mejor terapia” para los estudiantes que llevan más de un año en el encierro y “colgados” del teléfono celular había argumentado semanas atrás.

“México y Bangladesh” son los dos países que más tiempo han permanecido con las escuelas cerradas, arguyo. En ambas cosas estamos de acuerdo.

La pandemia ha sacudido a todos y cambiado formas de vivir, entre ellas, la educación.

Es cierto, la aplicación de las clases en línea, fueron una medida emergente, pero resultaron ser un fracaso. Peor las televisadas y las llevadas mediante la radio.

La educación a distancia en tiempos de pandemia cumplió una función, pero no podemos continuar así durante un período prolongado.

Es cierto que todos tenemos temor, que no quisiéramos que nadie enferme o fallezca, pero también debemos tomar las medidas pertinentes, de lo contrario, quizá no ahora, pero sí en algunos años, habrá una generación muy afectada en materia educativa.

Si ya de por sí el sistema educativo mexicano enfrenta una serie de carencias, con un “bajón” como el provocado por la pandemia, la situación podría ser peor.

Que la federación, los estados y los municipios se pongan las pilas y aporten la parte que le corresponde para un eventual regreso a clases presenciales, pidió AMLO. Y es cierto, tenemos todo el derecho de exigir, pero también de aportar la parte que nos corresponde.

Es muy fácil tirarse en la hamaca o quedarse con la mano en la cintura, esperando a que avance la vacunación o que la pandemia se convierta en una especie de “influenza estacional”, pero ¿y si no ocurre así?

De qué tamaño será la pérdida cuando decidamos que no hay de otra y entonces sí, como dice el mismo mandatario mexicano, llueva, truene o relampaguee, todos a las aulas.

“¿Entonces qué?, ¿vamos a estar hablando de la importancia de la educación sólo en el discurso, puro rollo, de manera demagógica y no vamos a actuar de manera consecuente?”, cuestionó AMLO, con quien a veces no podemos estar de acuerdo, pero es firme en la defensa de sus posicionamientos…

Dando y dando

La CNTE marchó esta semana y amaga con realizar otras acciones de protesta, para conseguir que el Presidente de México les reciba en sus oficinas de palacio nacional, como en algún momento hizo.

El asunto es que, ya pasaron esos tiempos, además de que los de la Coordinadora, no sus integrantes, sino sus líderes, piden y piden pero no aportan nada.

Pedro Gómez Bahamaca ha perdido el liderazgo que en su momento quizá tuvo y ahora intenta espantar con el petate del muerto. Con AMLO, un gallo muy jugado, se va topar con pared…

El pan de cada día

Alguien tiene que sentarse a negociar con todas las organizaciones e inconformes que han convertido a los bloqueos carreteros en el pan nuestro de cada día.

Está bien que pidan y está bien que demanden, pero cada “taponeo” termina por causar daños colaterales, sobre todo cuando Chiapas es un estado que tiene una economía que depende, en mucho, del turismo.

Ocosingo, San Cristóbal, Teopisca, Oxchuc y demás municipios han convertido a esta actividad en una especie de deporte local, como si los terceros nos existiéramos…