Pueblo uniformado

Quienes habitualmente, por trabajo o por convicción, vemos la conferencia mañanera de Andrés Manuel López Obrador, hemos escuchado prácticamente todo lo que el fundador de la Cuarta Transformación quería decir.

Ha hablado de historia, desde los mayas, la llegada de los españoles, la Independencia de México, la Revolución Mexicana y lo que él denomina, el período neoliberal.

Ha hablado de religión, de seguridad, de cambiar la mentalidad del pueblo, de amor al prójimo, de valores, de acabar con una idea materialista, de corrupción, de fifís, de clasemedieros aspiracionistas, de renovar a México.

Ha criticado parejo, a medios de comunicación nacionales e internacionales, a empresarios, a políticos y a todo aquel que esté en contra de sus ideas.

En fin, que lo dicho por el Presidente mexicano en su mensaje del miércoles con motivo de sus tres años de su llegada a Palacio Nacional, ya lo hemos escuchado antes.

Quizá, y en eso nos enfocaremos, uno de los gestos que llamó la atención fue la enfática defensa que el tabasqueño hizo de las fuerzas armadas, a quienes les ha asignado tareas en prácticamente todas las áreas del gobierno federal.

La crítica principal a esta decisión, quizá no es ni siquiera la militarización, sino que él no hizo lo que dijo que haría: sacar al ejército de las calles…

Férrea defensa

“Las acusaciones de que estamos militarizando al país carecen de toda lógica y de la más elemental buena fe”, afirmó Andrés Manuel López Obrador durante su discurso escuchado por aproximadamente 200 mil personas que acudieron al Zócalo de la Ciudad de México.

“No se ha ordenado a las Fuerzas Armadas que hagan la guerra a nadie, no se les ha pedido que vigilen u opriman a la sociedad, que violen las leyes, que coarten las libertades y mucho menos que se involucren en acciones represivas”, agregó el mandatario, arengando a labor de las fuerzas armadas, quienes, quizá como nunca antes, fueron vitoreadas en un acto público; y quizá, lo más irónico, lo hicieron muchos de los que antes criticaron la militarización del país.

“El vasto esfuerzo para construir la paz se ha llevado a cabo sin violaciones a los derechos humanos, sin el involucramiento de las Fuerzas Federales en masacres, sin cometer torturas, sin desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales, como ocurría antes.

Ya no aplica el ‘mátalos en caliente’. Por el contrario, en esta nueva etapa, la generosa y decisiva participación de nuestros soldados y marinos en auxilio a la población ante desastres, inundaciones, temblores, en acciones también de desarrollo,bienestar y paz es refrendo de su lealtad al pueblo y a las instituciones civiles.

Esa participación de las Fuerzas Armadas, además, contribuye a dejar atrás la distancia y hasta la desconfianza entre civiles y militares, que se generó por las decisiones erróneas y perversas de los anteriores gobiernos”, complementó el mandatario mexicano, quien ha asignado a la Marina, la Sedena y recientemente a la Guardia Nacional, tareas que antes eran impensables y que él mismo (siendo oposición) hubiese criticado con vehemencia.

“Por eso reitero: las Fuerzas Armadas, no lo olvidemos, nacieron con la Revolución mexicana. No es un ejército de élite, no pertenece a la oligarquía, no es igual a otros ejércitos del mundo. Las Fuerzas Armadas surgen del pueblo, los soldados son pueblo uniformado. Por eso, mi reconocimiento a la Secretaría de Marina y a la Secretaría de la Defensa Nacional por su entrega y por su respaldo”, concluyó en esta férrea defensa de las fuerzas castrenses, quienes ahora lo mismo controlan aduanas, reparten vacunas, construyen bancos del Bienestar, el Aeropuerto de Santa Lucía y quedarán a cargo de la operación de mega proyectos clave en la 4T como el Tren Maya…

Tanto va el cántaro al río

Lo escribimos desde cuando AMLO anunció que siempre no retiraría al Ejército de las calles, sino todo lo contrario. Dijimos que no dudamos de las capacidades de las fuerzas castrenses, de su disciplina y de su lealtad al país.

El asunto, dijimos, incluyendo la creación de la Guardia Nacional que ahora cuenta con 100 mil elementos distribuidos en más de 200 cuarteles, si las fuerzas armadas son seducidas por la corrupción, ahora sí que como en El Chapulín Colorado, quién podrá defendernos…

Aderezos

—Este sábado, el senador Ricardo Monreal Ávila, ofrecerá una conferencia de prensa en Tuxtla Gutiérrez y no sabemos cuál será el tema. Sin duda siempre será interesante escuchar al zacatecano que, como hemos dicho en este espacio, es de los pocos que en estos tiempos le pueden decir no al que vive en Palacio Nacional…

—Este sábado, también, pero en CDMX, el Movimiento Nacional por la Transformación Sindical realizará su Asamblea Nacional de Bases con más de 2 mil 500 liderazgos sindicales de todo el país; lo interesante es que al frente estará una figura chiapaneca: Ricardo Aguilar Gordillo…

—A Jorge Luis Escandón Hernández le dieron chamba en el Cobach, porque le tienen confianza, suponemos. El problema es que apenas se está sentando en la silla y ya le sacaron unas denuncias ante la FGE y la Auditoría del Estado, tras su paso en la alcaldía de Las Margaritas. Más vale que aclare sus pendientes…

cirocastillo@hotmail.com