Qué viva el gusto

Nadie que se haya puesto una máscara, una montera o “un chamarro”, podría comprender lo que para los habitantes de Chiapa de Corzo significa vestirse de parachico.

Habrá quienes ya portaron esta indumentaria (algunos ex gobernadores, por ejemplo), pero aun así no han de haber comprendido la devoción con la que danzan los habitantes de la colonial ciudad donde casi todo es grande: la Fiesta Grande, el río Grande y la Comida Grande.

Es una tradición de siglos, que se ha heredado de generación en generación y quizá por eso ellos defienden con vehemencia esta celebración que esperan ansiosos todo el año.

Para los chiapacorceños (y hablamos de oídas, por los amigos que ahí tenemos y por lo que hemos leído), la Navidad y el Año Nuevo no son tan significativos, pues ellos esperan con algarabía su fiesta, la fiesta de enero, cuando, otrora, sin la pandemia, las calles se convertían en ríos de personas.

Bueno, para los habitantes de este mágico lugar, donde abunda la comida y esos coloridos vestidos que portan orgullosas las mujeres, no existe cuesta de enero, sino cuesta de febrero.

Lo que los mundanos guardamos para gastar en las fiestas decembrinas ellos lo guardan para derrochar en las fiestas de enero, cuando sacan a pasear y veneran con mucha fe a San Sebastián, Esquipulas, San Jacinto y San Miguel Arcángel.

En ese pueblo donde, cuenta la leyenda que habitantes originarios prefirieron lanzarse al vacío que ser conquistados, el que hace la fiesta la hace porque goza en compartir con los demás, no por compromiso.

Quizá por eso no entendemos, los que miramos de lejos, qué es toda esa “arrechura” de las y los chiapacorceños.

Quizá por eso no comprenderemos jamás esa “rebeldía” que les hace desafiar a uno de los peores desastres sanitarios que vive la humanidad.

Quizá por eso no dimensionaremos nunca lo que para ellos es ¡qué viva el gusto de nosotros muchachos…!

Pandemia sin parar

A pesar de que el viernes, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, volvió a restar importante a la cuarta oleada del covid-19, ahora con su variante ómicron, el sábado el país ya había superado los 301 mil fallecimientos.

El mandatario, siempre yendo contracorriente, afirmó que la nueva variante no es tan fuerte y él lo puede atestiguar en carne propia.

Consideró incluso, que hasta las caricias pueden ayudar para superar esta enfermedad que, en otros países ha requerido de medidas estrictas.

Volvemos a lo que ya hemos dicho antes: el mandatario goza de una tremenda popularidad por arriba del 70 por ciento, pero entonces qué necesidad de minimizar al virus que no sabemos a ciencia cierta cómo se comportará.

Como casi todos los casos médicos, nunca es igual en cada paciente.

El mandatario mexicano quizá es fuerte como un roble, pero muchos, si nos confiamos, tal vez no corramos con la misma suerte…

Criterio propio

Aunque el mandatario chiapaneco, Rutilio Escandón, es un hombre profundamente institucional, a quien difícilmente se lo mira salirse del guión, en el tema del covid-19 ha mantenido, por decirlo de alguna manera, un criterio propio.

No se ha cansado de llamar a la población a cuidarse del coronavirus, y quizá eso ha servido (debemos reconocer) para que la entidad se haya mantenido mucho tiempo en semáforo verde.

No faltan los que se salen del carril o los que (como en Chiapa de Corzo, por fe) se meten entre las patas de los caballos, pero un grueso de la población hemos entendido los llamados; algunos, lamentablemente, porque en el correr de dos años tuvimos graves o perdimos a un ser cercano.

Escandón Cadenas, con todo y esa cercanía evidente con el primer mandatario, ha promovido el uso del cubrebocas como una herramienta preventiva.

De sugerir la importancia de la vacunación, ya ni digamos; lo ha expresado hasta el cansancio.

Se vale ser “cuatroteista”, pues cada quién con su forma de andar en política, pero también se vale tener criterio propio…

Aderezos

-En Suchiapa, el gobernador Rutilio Escandón ponderó que los recursos que se invierten en obra pública en su sexenio sirven para beneficio social y no terminan en “los bolsillos” de la corrupción. Se lo digo a Juan para que lo entienda Pedro…

-Zoé Robledo lanzó una serie de “piropos” a la presidenta municipal de Tapachula, Rosy Urbina, quien anda en los cuernos de la luna desde que logró la reelección; claro que debe entender que el director del IMSS anda en lo suyo, con su corazón latiendo. Que no se la crea mucho la señora…

-A fuerza de tanto insistir de parte de las autoridades sanitarias y quizá, lamentablemente, de vivirlo en carne propia, indígenas de comunidades de la región Altos han comenzado a decir que sí a la vacuna anti covid19…

cirocastillo@hotmail.com