Escuelas de Medicina

La polémica está surgiendo en las escuelas de medicina de las universidades públicas de Chiapas, tanto la Unach en su sede en Tapachula como la Unich de San Cristóbal de las Casas, han presentado casos de presunta discriminación; las argumentaciones más comunes para rechazar a los alumnos es que no han presentado el certificado de preparatoria del área Químico-Biólogo, cuando en ninguno de los reglamentos establece que ello es obligatorio.

La Comisión Estatal de Derechos Humanos intervino en el caso de la Universidad Intercultural de Chiapas, cuyo rector Jorge Luis Zuart Macías, después de analizar el caso del estudiante Fabián Santiz Arias, del ejido Miguel Utrilla los Chorros en el municipio de Chenalhó, lo admitió para que pueda cursar la carrera de medicina humana, ya que estaba en los primeros lugares de aprovechamiento.

Casos similares han ocurrido en el caso del Campus Tapachula de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Chiapas,  en el que el Consejo Técnico de la UNACH ha tenido que intervenir para obligar al director Jordán Corzo, a aceptar a los alumnos que después de llevar diversos cursos y pasar el propedéutico, se enfrentan con la negativa de aceptación cuando presentan el certificado de preparatoria de áreas distintas a Químico-Biólogo.

Pero en este caso, se están presentando otros graves problemas, ya que en la última evaluación de toda la escuela, le hicieron una serie de recomendaciones para mejorar el proceso de enseñanza y es que se establece que si bien ya son varias generaciones de egresados, los documentos de éstos fueron otorgados por la Facultad de Medicina con sede en Tuxtla Gutiérrez y apenas en los próximos meses se titulará la primera de Tapachula, tanto que por ese motivo aún no se le puede acreditar, aparte que para ello requiere tiempos completos.

La Escuela de Medicina de la UNACH en Tapachula está construida en un terreno de tres hectáreas donadas por el productos y empresario altruista Raúl Nava y si bien ya cuenta con la infraestructura necesaria, hasta ahora después de varios años de operaciones, el 90 por ciento de su plantilla de catedráticos la integran médicos que cobran sus salarios con recibos de honorarios, cuando mucho son tres los que cuentan con plaza base o de tiempo completo, por lo que tampoco existe representación sindical y las decisiones las toma solamente el director, sin tomar en cuenta al Consejo Técnico.

El malestar de la plantilla de catedráticos se ha incrementado, aunque el director Jordán Corzo, pareciera no importarle porque cuenta con la protección de su “padrino”, el exdirigente del Sindicato de Trabajadores Administrativos de la UNACH, Hugo Armando Aguilar Aguilar, de no muy buenos antecedentes ante sus compañeros, pero que mantiene un importante control en muchas áreas de la máxima casa de estudios y en otras instituciones de educación superior públicas de la entidad.

En el caso de la Facultad de Medicina de Tapachula, tanto catedráticos como estudiantes, buscan la intervención del rector Carlos Faustino Natarén Nandayapa, incluso para que pueda reactivarse la construcción de un centro de investigación que permanece paralizado desde hace ya cuatro administraciones universitarias que serviría en la preparación de estudiantes de las facultades de Químico Farmacobiólogos y Medicina, respectivamente.

De tal manera que tanto las escuelas de medicina de la UNICH y de la UNACH deben ser sometidas a revisión y de esa manera evitar que haya casos de discriminación no solamente de estudiantes, sino hasta de los propios catedráticos, quienes al no contar con plazas base, tienen que buscar otras fuentes de empleo y con ello se pone en riesgo la enseñanza-aprendizaje, porque la calidad de los egresados tiene que garantizarse por tratarse de la salud de los pacientes que estarán en sus manos.

 A escena

La austeridad que mucho se pregona en la actual administración de la “CuatroT”, queda en entredicho ante las millonarias cantidades de dinero que disponen algunos Ayuntamientos para contratar grupos musicales y artistas que participan en las ferias de sus pueblos; así queda demostrado una vez más en el caso de Tuxtla Chico en donde su alcaldesa de Morena, Deysi Lizbeth González Aguilar, para la fiesta de La Candelaria, que inició el 24 de enero y concluirá el 1 de febrero, no dudó en los gastos y por el momento ya se presentaron La Sonora Dinamita, La Fregona Banda San Agustín y Súper Banca Jaguar, pero faltan que lo hagan Jelipe Jackson, Banda Conceleña, Ritmo Digital, Los Cadetes de Linares; Show Martes, Los Estrados del Amor y Lupillo Rivera. Otro caso es el de Suchiate, presidida por Sonia Eloína Hernández Aguilar, de Mover a Chiapas, contrató para su feria del 21 de febrero al 1 de marzo a Maribel Guardia, Los Titanes de Durango, Código NB, La Ilusión, Carolina Ross, Joss Favela y Tierra Sagrada. A ambas alcaldesas les importa más gastar en artistas que en destinar recursos para mejorar la seguridad que se les ha salido de control… Representantes de sectores productivos, empresariales y sociales de la región del Soconusco y Frontera Sur, en los últimos días sostuvieron una serie de encuentros con los senadores chiapanecos Sasil de León Villard y Noé Castañón Ramírez, a quienes hicieron diversos planteamientos relacionados con asuntos considerados como prioritarios como la migración, la seguridad y las inversiones que tanta falta hacen en esta zona… Hasta la próxima.