A mis queridos amigos guatemaltecos

Cada semana se reciben noticias de un nuevo éxodo guatemalteco. Además del flujo de migrantes expulsados por las necesidades económicas, la violencia y la degradación ambiental, están llegando a México numerosas personas perseguidas políticamente por el gobierno de Alejandro Giammattei.

Temen por su seguridad y por su vida.

‘Estados Unidos prometió defender la democracia en Centroamérica. Los líderes de la región tenían otros planes’ se titula un análisis publicado en The New York Times (https://nyti.ms/3S4yfoN). ‘Giammattei ha desmantelado metódicamente los últimos vestigios de instituciones independientes. Su gobierno ha encarcelado, exiliado o acallado a las mismas personas que Estados Unidos dijo que apuntalarían sus esfuerzos para que Guatemala fuera una sociedad más justa y, al fin, más habitable: jueces independientes, fiscales, periodistas y activistas de derechos humanos’, señala el NYT.

Esta ola de represión se suma a las desplegadas por los gobiernos de Nicaragua y de El Salvador. Se cree que sus policías y agencias de seguridad están coordinadas con sus homólogos guatemaltecos para llevar a cabo una operación conjunta que, guardadas las distancias y las proporciones, evoca partes del Plan Cóndor u Operación Cóndor para la represión política y el terrorismo de Estado.

Entre 1975 y 1989 la Operación Cóndor fue instrumentada por los regímenes dictatoriales de Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, y Bolivia, y respaldada por Estados Unidos. Implicó la vigilancia, detención, traslados entre países, violación y desaparición o asesinato de personas consideradas por dichos regímenes como contrarias a su política o ideología.

En la hora actual los regímenes autoritarios ni siquiera reivindican una ideología o una política. Se trata descaradamente del pacto de corruptos que sostiene a Giammattei mediante arreglos de impunidad y abusos del poder público.

En su libro de reciente aparición La economía atrapada: gestores de poder y Estado encadenado (F & G Editores, Guatemala, 2022), el economista guatemalteco Juan Alberto Fuentes Knight da cuenta de cómo poderosos consorcios familiares guatemaltecos identificados con la política oligárquica y con el racismo predominante, lograron su posición gracias a los privilegios que el Estado les había otorgado.

El autor escudriña cómo los sectores privilegiados encadenaron al Estado apoyados en complicidades con los mercados ilícitos, para perpetuar una economía cimentada en intereses monopólicos y oligopólicos en sectores como el financiero, las telecomunicaciones, la energía, la construcción inmobiliaria, el gran comercio y algunas ramas industriales, que producen grandes fortunas en un contexto de pobreza casi generalizada.

Se ha señalado sesgadamente que los migrantes son una amenaza a la seguridad nacional. Pues bien: ambos éxodos, el de los migrantes y el de los críticos, tienen su raíz en una gestión económica extractivista, depredadora, concentradora y excluyente, y en un sistema político corrupto, despótico y represivo.

Fuentes Knight propone un nuevo contrato social que construya el poder desde las mayorías, sujeto al Estado de derecho, y sustituya los tratos económicos con los sectores privilegiados, para instrumentar políticas de transformación económica y social que conduzcan a un crecimiento sostenido e incluyente.