“Alito está concentrando las decisiones”, “se otorgan poderes supremos al líder nacional”, “se busca imponer candidatos y alianzas”, “se erigió en el gran autócrata”, “pone al PRI al servicio de la 4T”.

Ésas son algunas de las aseveraciones que han realizado algunas personas tras la aprobación en el Consejo Político Nacional del PRI de la reforma y adición a 41 artículos de nuestros Estatutos, y debo responder con toda contundencia, claridad y compromiso que se equivocan, eso no es lo que busca la decisión colegiada de los sectores que no solo ha tomado el Consejo Político Nacional del PRI, sino también los Consejos Políticos Estatales.

El objetivo es justamente el contrario: evitar a toda costa que otros partidos y personajes políticos, ajenos a la militancia del PRI, influyan en decisiones que solo nos concierne a las y los priistas.

Pobre de aquel o aquella que busque imponer candidatos en el PRI, porque se topará con la militancia mejor organizada y más numerosa del país; la misma que el año pasado, en una jornada histórica, nos eligió a Carolina Viggiano y a mí para conducir al PRI y garantizar su unidad y apego de su actuar a los principios de justicia social y democracia. A ello responden los cambios estatutarios realizados.

Es momento de que el PRI respete, honre y valore a su militancia de a de veras. ¡Nunca más plurinominales a oportunistas que buscan llegar a las cámaras para beneficiarse y desconocer los principios, valores y objetivos del PRI! ¡Nunca más dirigencias sin la participación decisiva de mujeres y jóvenes priistas! ¡Nunca más candidaturas para personas culpables de ejercer violencia política de género! El PRI está listo para defender con más brío al pueblo de México frente a los embates de un gobierno irresponsable, incapaz y anquilosado.