El Pacto

*Turismo y petróleo, aportaciones de la zona sur-sureste

*Se crearía cartera de proyectos de alto impacto regional

Congreso de la Unión.- Impulsar el desarrollo económico de la región sur-sureste del país como se pretende hacer mediante el Pacto Oaxaca, enfrentará retos que durante muchas décadas han sido parte de la problemática regional.

Independientemente de que el crecimiento de la región requiere de la participación de la administración pública federal, los gobiernos locales, el sector privado y las organizaciones civiles, también se debe partir del reconocimiento de los desafíos que se enfrentan para alcanzar su desarrollo.

De las limitantes de la región tenemos su todavía reducida conectividad con el resto del país y los principales mercados internacionales como Estados Unidos, Centro y Sudamérica, y la región del Pacífico; infraestructura productiva poco atractiva para la instalación de nuevas industrias generadoras de empleos.

Otro de los aspectos que podemos citar es el alto riesgo de ocurrencia de desastres naturales con efectos negativos en la infraestructura regional.

Igualmente tenemos los elevados niveles de pobreza y marginación de una parte importante de la población de la zona que durante muchos años la han caracterizado, y el hecho de que su población tiene los menores niveles educativos en comparación con el resto del país.

Trabajo informal muy superior al resto de la economía, servicios financieros y acceso a financiamiento muy limitado, trabajadores con pocas o nulas habilidades respecto al resto del país y un ambiente poco propicio para la generación de empresas.

También la existencia una alta dispersión poblacional con costos elevados de transporte, mala conectividad interregional y, consecuentemente, poca o nula capacidad de innovación.

En suma, podemos decir que derivado de estos factores además de su compleja fisiografía y la débil conectividad que limitan las actividades comerciales e industriales, existen pocos motores económicos que han llevado a la región a las condiciones actuales de rezago social y pobreza.

La región concentra las mayores proporciones de población con escaso acceso a servicios de salud, vivienda e infraestructura, así como bajos ingresos y niveles de escolaridad.

Siete de las nueve entidades de la región se ubican dentro de las diez con mayor rezago social a nivel nacional. De los 125 municipios del país con menor Índice de Desarrollo Humano (IDH), 123 se encuentran en esta región.

Todos estos elementos, se conjuntan e inhiben la inversión y por lo tanto la creación de nuevas industrias.

Sin embargo, la zona sur-sureste (integrada por Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán) tiene otros puntos a su favor que NO podemos dejar en el tintero y que incentivan la planeación de programas y proyectos que pueden impulsar el desarrollo regional.

La disponibilidad de capital humano debidamente capacitado y especializado, puede ser la base para impulsar la creación de micros, pequeñas y medianas empresas en los estados de Chiapas, Guerrero y Oaxaca.

Ejemplo de ello es el florecimiento reciente de empresas de productos orgánicos y artesanales con amplio potencial de exportación.

Igualmente el impulso de proyectos de infraestructura de alto impacto que facilite la comunicación entre el Pacífico y el Golfo de México, y Centro y Sudamérica con el norte del continente, pueden ser concebidos como una estrategia de comunicación y desarrollo entre la frontera sur y los países colindantes. Ahí está el proyecto del Corredor Multimodal Interoceánico.

Ni que decir de la explotación turística de las distintas zonas arqueológicas con vías de comunicación aérea, terrestre y marítima expeditas. En este terreno Chapas tiene en Palenque un enorme potencial.

Igual vemos la  constitución de proyectos para la consolidación de grupos empresariales relacionados con la industria petrolera, naviera y de generación de fuentes alternas de energía.

Con base en estas y otras fortalezas se puede integrar una cartera de proyectos de gran impacto regional y otros específicos para incluir a las comunidades menos desarrolladas.

A nivel nacional, la región tiene importantes aportaciones al valor de dos actividades: la petrolera (minería) y el turismo. El 84 por ciento del PIB de la minería que incluye la producción petrolera, proviene de la zona, mientras que del total nacional del PIB de turismo, 54 por ciento corresponde al sur-sureste.

La firma del Pacto Oaxaca representa la conjunción de esfuerzos del gobierno federal, de los estatales y la iniciativa privada para sacar adelante a la región y encaminarla hacia el progreso y desarrollo.

En el evento, el gobernador Rutilio Escandón Cadenas, señaló que con el apoyo que el presidente López Obrador ha mostrado a esta región del país, se camina hacia la prosperidad, pues luego de años de abandono, hoy la Federación tiene como prioridad el progreso de esta zona rica en recursos naturales y que cuenta con gente de gran talento y nobleza.

En el acto convocado por la Confederación de Cámaras Industriales en la República Mexicana, Escandón Cadenas firmó el Pacto Oaxaca junto a sus homólogos de Oaxaca, Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco, Veracruz, Guerrero y Puebla, el cual contó con el presidente de México como testigo de honor, con la finalidad de establecer un compromiso para la coordinación de una agenda estratégica que traiga mayores beneficios al sur-sureste.

jesus.belmontt@gmail.com