Seguridad y economía

Congreso de la Unión.-  Este 2020 es el segundo año de gobierno del presidente López Obrador y para millones de mexicanos que votaron por el cambio los resultados deben comenzar a ser palpables, sobre todo en aquellos rubros en los que aún no se perciben avances: economía y seguridad.

En el primero de los temas, el escenario para este 2020 se ve complicado, con una expectativa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de uno por ciento (aunque Hacienda confía en lograr el dos por ciento), pues los capitales de inversión todavía resultan insuficientes para darle un impulso decidido a la dinámica económica.

El consenso de los analistas consultados por el Banco de México (Banxico) recortó de 1.1 por ciento a 1 por ciento su expectativa de crecimiento para este año.

La encuesta fue recabada por el Banco de México entre 42 grupos de análisis y consultoría económica del sector privado nacional y extranjero. Las respuestas se recibieron entre los días 20 y 29 de enero.

En el primer año de gobierno de la Cuarta Transformación la actividad económica del país registró su primera contracción en una década. Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), señalan que el 2019 el Producto Interno Bruto (PIB), el valor de los bienes y servicios producidos en el periodo, retrocedió 0.1 por ciento respecto al nivel de 2018.

Si bien el actual gobierno ha centrado su retórica y la mayoría de sus acciones en el bienestar de los pobres, lo cual es entendible y apoyado por economistas y analistas, resulta imposible dejar de poner énfasis en el desempeño y el papel que juega el PIB en el panorama económico, ya que solamente con crecimiento se podrá alcanzar un mayor beneficio para la población en situación de pobreza. Si hablamos de “primero los pobres” no podemos hacer a un lado la importancia del crecimiento del Producto Interno Bruto.

Para el Banco Mundial, nuestro país ha tenido un desempeño por debajo de lo esperado en términos de crecimiento, inclusión y reducción de la pobreza en comparación con países similares.

La economía mexicana tuvo un crecimiento estimado en poco más del 2.0 por ciento anual entre 1980 y 2018. Sobre una base per cápita, el crecimiento promedio de México fue cercano al 1.0 por ciento.

Actualmente el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita del país representa el 34 por ciento del PIB per cápita de Estados Unidos, en comparación con el 49 por ciento que representaba en 1980.

Viendo así las cosas, el progreso hacia la reducción de la pobreza ha sido moderado a pesar de las acciones y programas públicos implementados por el gobierno federal.

La proporción total de la población que vivía por debajo del umbral de pobreza monetaria en 2018 fue del 48.8 por ciento, cerca del nivel observado en 2008. El ingreso medio per cápita se ha recuperado recientemente luego de varios años de declive, señala el Banco Mundial.

Después de una disminución entre 2010 y 2014, la tasa de crecimiento anualizado del ingreso medio per cápita en México fue de 1.8 por ciento entre 2016 y 2018, todavía muy por debajo del promedio de la región de América Latina y el Caribe.

Las bajas tasas de crecimiento y las desigualdades significativas entre la población continúan planteando la interrogante de cómo el gobierno de AMLO podrá lograr que México crezca más rápidamente y ser más igualitario socialmente.

Uno de los obstáculos para crecer económicamente es la inseguridad. Para el Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), los elevados índices de criminalidad pueden limitar el crecimiento económico de México.

“Estos temas institucionales, como el estado de derecho, el sistema judicial y, obviamente, los altos índices de criminalidad, son temas estructurales importantes para que la economía mexicana pueda tener una trayectoria de crecimiento más elevado”, señaló el Departamento del FMI.

“Claramente, desde el punto de vista del bienestar de la sociedad es crucial y desde el punto de vista humano es una preocupación fundamental. Y en nuestro ámbito de trabajo (el tema del crimen) obviamente también tiene un impacto económico muy importante», dijo el organismo.

Según el FMI mejorar la efectividad de la aplicación de la ley y las instituciones judiciales es fundamental para fortalecer el estado de derecho en México.

Y es que según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), durante 2019 se cometieron en México 34 mil 582 homicidios dolosos, lo que representa un aumento de 2.5 por ciento respecto al año anterior, que hasta entonces era considerado el período más violento.

2019 fue el año con el mayor número de homicidios dolosos en la historia del país.  Los números de 34 mil 582 homicidios dolosos y mil seis feminicidios establecieron un récord histórico, pues se trata de la cifra más alta desde 1997, año en que el gobierno federal comenzó a documentar los crímenes en los 32 estados del país.

Economistas y analistas financieros sostienen que para este año se ven ciertos problemas que podrían mantener el estancamiento económico. Por un lado, en la inversión privada no se ven mayores estímulos para invertir y el gasto en infraestructura (público y privado) que es fundamental para el repunte de una economía, es todavía muy bajo.

En 2015 la economía mexicana tuvo un gasto en infraestructura del cinco por ciento como porcentaje del PIB y para 2020 se calcula solo de 2.9 por ciento; las economías desarrolladas invierten entre 7 y 9 por ciento de su PIB en este rubro, mientras que en América Latina el promedio es de cinco por ciento.

 

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