Gestión pública y pandemia

Congreso de la Unión.- La evolución de la pandemia del Covid-19 en México puede incrementarse por las condiciones socio-económicas del país, que constituyen un mayor riesgo en comparación con países desarrollados.

Los rezagos estructurales en el desarrollo nacional, pero también las deficiencias de las instituciones del sistema de salud configuran un entorno de vulnerabilidad que podría facilitar el desarrollo de la epidemia y la saturación de los servicios de salud.

La experiencia internacional muestra patrones en la evolución de la epidemia que sólo han podido ser atenuados con intervenciones anticipadas y con gran determinación en las medidas de aislamiento y distanciamiento social. Lo que los especialistas han denominado “aplanar la curva”.

Esta experiencia internacional es un referente esencial para la gestión pública de la epidemia en el país, según un análisis de la Dirección General de Investigación Estratégica del Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado de la República.

Desde principios de marzo, especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugirieron implementar acciones de contención similares a las de países como China y Singapur, que junto con Japón representan los países que mejor han logrado contener el avance de la epidemia.

Por el contrario, Irán, Italia y España han enfrentado mayores dificultades para obtener mejores resultados.

En ese sentido, el encargado de Emergencias de la OMS, Michael Ryan, declaró que, dado que no existe medicamento específico ni una vacuna indicada para tratar el coronavirus, las medidas de mitigación y la contención deben ir de la mano: la contención trata de romper la cadena de transmisión y que el virus no viaje de una persona a otra, mientras que la mitigación es cuando aceptas que ya no puedes parar la transmisión entre personas.

Asimismo, en palabras de María van Kerkhove, responsable técnica del programa de emergencias de la OMS, las recomendaciones para todos los países son las mismas: identificar los casos, aislarlos, rastrear contactos, seguir a esos contactos durante 14 días y terminar la cadena de transmisión.

La crisis generada por la pandemia del Covid-19 tendrá efectos de largo alcance no solamente en el ámbito sanitario, sino también en el económico y en el mercado laboral, según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de la Organización para el Comercio y Desarrollo Económicos (OCDE) y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Las consecuencias económicas serán inevitables.

De acuerdo con las previsiones que se han ajustado a partir del conocimiento de la epidemia en China, se advierte la llegada de una fuerte desaceleración de la economía mundial, lo que impacta en las cadenas globales de producción de las que México forma parte.

La falta de insumos proveniente de China y de la región del este asiático está afectando directamente la productividad del sector manufacturero del país.

La caída en la demanda global también afectará al sector petrolero, efecto que ya se ha notado en la caída de los precios internacionales del petróleo independientemente de los desacuerdos entre Rusia y Arabia Saudita, lo cual tiene una repercusión directa sobre la economía nacional.

El desempeño de la economía mexicana se verá afectado internamente por la disminución de la actividad en la demanda de bienes y servicios.

Los sectores del turismo y la construcción, tradicionalmente sensibles a los desequilibrios en los mercados, así como el consumo en distintos tipos de comercio, están teniendo afectaciones importantes.

Los efectos de la epidemia se suman a la ya debilitada economía nacional, pues sus condiciones de crecimiento se han reportado como estancadas presentado una tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto cercana a cero.

Si las perspectivas económicas de los organismos internacionales para México se habían venido ajustando a la baja a inicios de año, con la epidemia del coronavirus se sufrirán ajustes más severos.

La pandemia del Covid-19 representa hoy la amenaza más importante de la salud pública y de la economía en todo el mundo. En México, es de esperarse que el proceso epidemiológico siga patrones similares a los observados en otros países y se tendrá un número de contagios inevitable.

La duración y la intensidad de la epidemia en el país depende del cumplimiento de las prácticas de prevención de las personas y, especialmente, de las medidas de política pública para romper las cadenas de contagio y mitigar, contener, diagnosticar y atender oportunamente todos los casos.

Uno de los principales riesgos del Covid-19 sobre las condiciones de la salud pública es la aceleración del contagio entre personas, lo que ha provocado una rápida trasmisión del coronavirus a nivel internacional.

Se trata de una enfermedad que se extiende con mayor velocidad que otras infecciones, incluso más que la gripe común.

La tasa de reproducción del Covid-19 es de las más altas en comparación con otras enfermedades de su tipo. Se estima que infecta en 2.68 personas por cada individuo contagiado, mientras que la tasa de la gripe común es de 1.28; solo es superada por la tasa del SARS que alcanza una cifra de 3.0 personas por individuo contagiado.

De acuerdo con estadísticas de la epidemia en China, la tasa de letalidad del Covid-19 es del 2 por ciento, más alta que la de la gripe común (0.13 por ciento) e incluso que la de la gripe H1N1 (0.2 por ciento); sin embargo, en fecha reciente la OMS elevó la tasa de mortalidad 3.4 por ciento.

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