Inversión física
Congreso de la Unión.- Desde hace cinco años, el gasto público destinado a obra pública e infraestructura ha sufrido severos recortes, provocando que muchas empresas constructoras estén a punto de bajar la cortina.
Estos tijeretazos al presupuesto detuvieron el crecimiento económico al ser la construcción una actividad considerada como fuente importante de empleos, situación que se vio agravada por el confinamiento social por la pandemia del Covid-19.
La inversión física (gasto en obra pública e infraestructura) del sector público en proporción del Producto Interno Bruto (PIB) ha venido a la baja: del 4.2 por ciento en 2015 al 2.3 por ciento en 2019.
Según cifras de la Secretaría de Hacienda, en 2014 la inversión física alcanzó niveles máximos en las últimas dos décadas, al registrar 819 mil 940 millones de pesos, lo que representó 18 por ciento del gasto neto presupuestario. A partir de ese año el rubro ha ido a la baja.
En el último año del gobierno Peña Nieto hubo un leve repunte, pero en 2019, el primero de López Obrador, la inversión física fue la más baja desde hace 13 años, al cerrar en 564 mil 482 millones de pesos.
Sin embargo, en lo que va de 2020 la inversión física muestra signos de recuperación: de enero a junio reportó 326 mil 75 millones de pesos, lo que representa el 11.2 por ciento del gasto neto. En relación al mismo lapso del año pasado, creció 16 por ciento.
Los recursos se han destinado a obra pública del sector energético, con 41.6 por ciento del total, especialmente para el manejo y transportación de hidrocarburos (37.6 por ciento). Además, para comunicaciones y transportes fueron 5.8 por ciento de los dineros, y apenas 1.8 por ciento para salud.
No obstante, del monto total de este rubro, 28 mil 248 millones de pesos fueron para inversión en asuntos económicos, comerciales y laborales en general, de estos, 27 mil millones corresponden al programa Apoyo Financiero para Microempresas Familiares, que son los créditos a la palabra que se activaron como apoyo a empresas por la contingencia sanitaria.
Lo que sí es un hecho, es que el impulso de la inversión física pública es vital para incentivar la inversión de la iniciativa privada y estimular la economía.
Los especialistas consideran que para que la economía de México crezca, digamos un tres por ciento, se requiere de una inversión física (pública y privada) de 25 a 27 por ciento del PIB.
A finales de 2019, según Hacienda, el gobierno federal aceleró la contratación de obra pública y de bienes, para que este 2020 lo iniciara construyendo y tener un impacto positivo en la actividad económica del país.
Días antes de ser detectado el primer caso de Covid-19, el 95 por ciento del presupuesto carretero estaba asignado y algunas obras ya estaban en construcción, según SHCP.
Se fortalecieron proyectos conjuntos entre el gobierno federal y los gobiernos de los estados, en los que la Federación aportó “algo” a las obras estatales y municipales y los gobiernos locales otra parte.
En el caso de Chiapas, el sector de la industria de la construcción encontró una respuesta favorable por parte de la administración del gobernador Rutilio Escandón Cadenas, para que la obra pública sea asignada a empresas locales chiapanecas.
De acuerdo con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de Chiapas, estas acciones serán de gran ayuda, por lo que únicamente está a la espera de que comiencen las prestaciones de servicios y que el recurso sea destinado para tal fin, lo cual, estima, ocurrirá en un corto plazo.
La cúpula empresarial consideró que la reactivación para la entidad podría comenzar una vez inyectados los recursos en los diferentes sectores, uno de ellos sería el de la obra pública, representando una derrama económica inmediata.
El CCE dio a conocer que derivado de diferentes acuerdos logrados entre la iniciativa privada y el Gobierno del Estado, se tienen contempladas acciones a corto plazo para apoyar el inicio de la reactivación económica.
En este sentido, se informó que en las reuniones sostenidas se ha logrado concretar una serie de prestaciones de servicios a las dependencias en diferentes rubros, lo que representa una buena noticia para los empresarios chiapanecos.
A finales de mayo pasado, el gobernador Rutilio Escandón anunció el Programa de Financiamiento de Reactivación Económica por Covid-19, donde dio a conocer la apertura de una línea de crédito de 500 millones de pesos acordada entre el Gobierno del Estado y Nacional Financiera (Nafin), en beneficio de las micro, pequeñas y medianas empresas.
La administración estatal está consciente que para sacar adelante a Chiapas es fundamental confiar y apoyar a las y los empresarios, por ello, se gestionan e impulsan programas de financiamiento, a favor del fortalecimiento económico y la generación de más oportunidades para la población.
TRIBUNA.- El mal manejo de la contingencia sanitaria provocada por el Covid-19 con su consecuente secuela de miles de muertes, la alza del desempleo y la caída de la actividad económica, tendrán un costo político para Morena en las elecciones de 2021. El 6 de junio del año entrante habrá elecciones en los 32 estados y estarán en juego más de 21 mil cargos, entre éstos 15 gubernaturas y 500 curules de la Cámara de Diputados. Una gran parte de la población considera que el manejo de la pandemia por parte del gobierno federal está fuera de control, percepción que de extenderse repercutirá negativamente para el partido en el poder en las votaciones intermedias del próximo año. Veremos.
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