Esta semana las declaraciones del presidente López Obrador han sido verdaderamente lamentables, no sólo porque desprestigia a la política, sino porque también desinforma a la opinión pública.

Para muestra, tenemos sus señalamientos de crear un grupo para debilitar a su gobierno; como si disentir fuera un delito que se tenga que perseguir. Para continuar con lo alarmante de esta semana, preocupa la forma dolosa de mentir en su conferencia mañanera, acusando al PAN de votar en contra de los programas sociales.

En lo personal, como legisladora en la Asamblea Legislativa, voté a favor de los apoyos a las madres solteras y a los adultos mayores; también como constituyente de la Ciudad de México, voté a favor del artículo 22 que establece los derechos sociales de los capitalinos. Ahora como senadora de la República, voté a favor de las modificaciones al artículo cuarto constitucional para decirle sí a las personas con discapacidad, decirle sí a los adultos mayores, decirle sí a los estudiantes. Decirle sí a una ampliación en la cobertura del sistema de salud para que, sin distinciones, estos programas lleguen a más mexicanos.

Es preocupante que el Presidente de la República no tenga límites éticos. Alguien que se atreve a mentir de esa manera, no puede ser digno de confianza. Su forma de comunicar a los mexicanos debe estar basada siempre en la verdad y no en mentiras.

Sin duda, el titular del ejecutivo federal, ha lucrado con los programas y apoyos sociales desde que era Jefe de Gobierno de la Ciudad de México hace casi 20 años, sin embargo, la implementación o existencia de éstos no son de su patrimonio. Como panista por supuesto que estaré siempre de acuerdo con la redistribución digna de los impuestos, porque los programas sociales no son de la chequera de López Obrador, son de los impuestos de cada uno de los mexicanos.

Es lamentable que el Presidente se sienta dueño de los recursos públicos. Como primer mandatario, únicamente es el administrador de los impuestos que pagan los mexicanos. México necesita un administrador, pero uno que no mienta.

El Presidente sabe que el 24 de marzo de este año, mi voto y el de todos los grupos parlamentarios en el Senado de la República fue a favor de los programas sociales. Por ello urge que el ejecutivo federal deje de mentirse y de mentirle a México, es necesario que no humille más la investidura presidencial.

Senadora de la República.